JC Hernández, patrón de los picapedreros |
Amo la Behobia y quiero creer que la Behobia también me
quiere a mí. Forma parte de los amores secretos que se acumulan en nuestras
vidas y de los que nunca sabremos si fueron correspondidos o no, aquellos que quizás
se hubieran vivido en otras circunstancias y que forman parte de nuestra vida
aunque sea por omisión. Porque la Behobia tiene
alma y muy pocas carreras pueden presumir de ello.
En un gran fin de semana algo descuidado desde la
perspectiva de un corredor obsesivo –sueño, comida, descanso…- volví a estar en la
salida, en un día perfecto, fresco, nuboso, sin lluvia.
Sí y sí al nuevo recorrido |
Venía sin grandes aspiraciones, en parte porque ya el año
pasado conseguí mi sueño de un top 100 y sobre todo porqué en mi primera media las
sensaciones no fueron buenas. Así que la relajación era absoluta y sólo cabía
disfrutar y disfrutar. Y disfruté. Más de lo esperado. Corriendo y
socializando. Conocí a nuevas personas – ¡el Apalabus!- y mejor a las que ya
conocía, y viceversa. Y les doy las gracias por ello.
Ya en la línea de salida el espíritu competitivo se
adueña de uno y me comentan que Vanessa Veiga quiere correr en 3’30” así que sin
ella saberlo se convierte en el faro que ilumina nuestra navegación a cabotaje
en el nuevo circuito donde 30.000 atletas saboreamos qué supone correr en el
País Vasco.
El del medio de Los Chichos: yo soy ese |
El nuevo perfil me parece mucho más cómodo, una primera
subida que recuerda la del anterior pero menos desolada y a partir de ahí un
recorrido menos rompepiernas hasta converger con el antiguo a los pies del alto
de Miracruz.
Como siempre la Behobia no perdona y rebajar el ritmo 10”
por quilómetro supone ser rebasado por muchos pelotones intermitentes y
desoladores. Pero no es el caso, nuestra grupetta,
que pierde a las dos primeras chicas cuando se nos van en el primer alto, va a
un fuerte ritmo y lentamente rebasamos un goteo de atletas.
¿Ande está Juanan? |
Noto que corremos mucho pero a diferencia de otras veces
cuando la agonía le invade a uno y me hace correr en modo miro solo a un metro por delante y punto esta vez me siento más
vertical, más consciente del recorrido, de la afición, de la Behobia, del
momento, del presente. Y lo disfruto intensamente. A partir del 10 ya sé que
haré un buen tiempo, solo me queda la duda de si aguantaré bien el ritmo en la
segunda cima del recorrido. Subimos Miracruz en modo Tour sin ningún problema
relevante y encaro la bajada al Boulevard a sabiendas de que otro año más (y
van cinco de las seis últimas ediciones) llegaré muy contento.
Sin duda alguna por fin el elevado volumen que llevo y el
trabajo de PreHab y gimnasio, además de los masajes semanales, me han
dado sus réditos. 1h10’38”, mejor tiempo en la B/SS y 93 de la general (19 en
40-49).
No hace falta decir que seguiré picando piedra con
voluntad catedralicia.
¡Saludos!
1 comentari:
Muy grande Ferran!!
Olvidado el lapsus del Vendrell..
¿No hubo urnas en SS?
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