Ayer
por la noche, domingo, era un muerto viviente en mi sofá cuando Jaume Plensa
apareció en La 2 aliviando con la belleza de su obra escultórica, que tan bien
plasma su mensaje, nuestras almas heridas por tanta banalidad del mal.
El
día había sido intenso, con 27k (20 a 4’2”, acabando con un señor de 60 años –de
los mejores del mundo, sin duda alguna- poniéndonos en fila con un último km a
3’35”), un viaje en coche, la entrega de un premio a mi madre –con lectura de
una carta del pacifista Jordi Cuixart- quien justo ayer cumplía 14 meses en la
cárcel por prevaricación suprema- y vuelta a casa.
En el
final de la semana, por circunstancias laborales, acumulé excesiva tralla.
Hasta el jueves no pude hacer la primera sesión de calidad: 2 x 1k, recuperando
500m en 3’26” y 3’19”, y un 10k en solitario en 36’20” (3’38”) pelín más rápido
que el ritmo objetivo de 3’40”. Muy cómodo en los 10.
Tras
un viernes de fuerza y rodaje regenerativo, el sábado me enfrenté a 12 series
de mil, que comenzaron a 3’31” y acabé en 3’19”, recuperando un minuto con un
promedio de 3’25”.
Y el
domingo lo dicho. Querría haber corrido algo más rápido los 20k pero mi cuerpo
no daba para más.
Como
reflexión semanal, ¡cuánto cuesta sumar quilómetros XD! He llegado a 117 con lo
que arrastro un déficit de 12k acumulados respecto al promedio previsto de 120/4
primeras semanas.
Seguimos
para bingo,
¡Saludos!
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