MCD (-2).

¡Grande Walter White!

Tras un rodaje de 19 kms especialmente gozoso, con un frío soportable, por un bosque impregnado de escarcha y con campos labrándose cuya tierra removida emanaba olores ancestrales, reminiscencias de un pasado perdurable a través, precisamente, de la memoria olfativa, me siento a escribir estas líneas con el acompañamiento, triste y eterno, de la música de Antònia Font.

Y son estas sensaciones, sin duda, de lo que hablo cuando hablo de correr.  Muchos quilómetros, ritmos, esfuerzo y trabajo, amistad, empatía, sufrimiento y sueños pero al final nada supera al placer instantáneo de cada día.

Bocas Bucay, ¡mejóralo!

En la penúltima semana de preparación los objetivos fueron conquistados.

Lunes, 4 series en cuestas de 2kms. Llorito’s way. Rebajando en un segundo mi promedio del año anterior, en aquel entreno similar junto a mi maestro León Drajer (preguntad por él en La Santa, LZT). 8’24” (4’5”), 8’17” (4’1”), 8’19” (4’3”), 8’20” (4’4”). Total de 17,5 kms.

Martes, rodaje de 16,5 kms.

Miércoles, descanso.

Jueves, un Eldoret. 10 compañeros rodando en una suerte de trail soft en un crescendo imposible que acabó con 3 kms de asfalto en el que los más fieras alcanzaron los 3’15”. Mis piernas dimitieron a los 3’25”…

Viernes, 14,4 kms más Gimnasio. Esquivando ciclaos.

Sábado, tempo salvaje. 24 kms en 1h31’35” a 3’50” de promedio (por 1h34’46” un año antes). Además en progresivo, como mandan las últimas tendencias del endurance (9kms a 4’, 9kms a 3’44”, 6kms a 3’42”). Total de 30 kms.

Domingo, rodaje placentero de 19,9 kms.

Loving nakeds!

El total de la semana fueron 120,9 kms, mi récord personal (que espero batir en ésta).

Otros placeres del alma vinieron de la mano del digno final de la serie Breaking Bad (a la altura de los cielos de Nuevo México) y del documental Searching for Sugar Man. Ahora estoy con Treme. Quien se aburre es porque quiere.

¡Saludos!