IronMonja, ella sí predica con el ejemplo |
Aunque sea imposible fijar una marca que defina,
que limite la dedicación, porque dependerá de las condiciones físicas de cada
uno, para mí son las 2h40’ en maratón.
Quizás debería pensar, como los triatletas, en
horas, en sesiones de entrenamiento y no tanto en tiempos pero creo que muchos
de vosotros os reconoceréis en mis dudas porque unas cuantas veces lo he
hablado con otros compañeros/amigos en las magníficas charlas que amenizan
nuestros rodajes.
Y la cuestión es cómo, a partir de un determinado
nivel, las similitudes entre la vida que uno debe llevar y la que llevan
atletas profesionales se mimetizan, al menos por la parte del esfuerzo.
Desde mi experiencia de atleta renacido, tras una
larga lesión, y con una dedicación creciente año a año, he ido siendo
consciente (y practicando) de los sacrificios que el deporte (¿de alto nivel?)
conlleva. A medida que he ido incrementado mis entrenamientos (la clave es la
progresión, nunca exponencial) han aumentado mis necesidades de todo tipo. He
prestado más atención al descanso, a la nutrición, al fisioterapeuta…intentando
un difícil equilibrio entre la vida real, con sus cargas físicas y emocionales
y la fantasía, también real, de nuestra vida atlética.
Por eso muchas veces he definido nuestra
dedicación como la de un auténtico sacerdocio. De la teología de la liberación,
lejos de lujos vaticanistas, of course.
Si uno quiere correr limpio, con honestidad,
frente a uno mismo y ante los otros no hay otra opción que el sacrificio y la
voluntad. Lo dijo Pablo Sierra, ascetismo monástico. Bushido.
Leyenda como sólo en los USA las saben crear |
Por eso ahora mismo, tras un palo importante
aunque con final feliz a nivel familiar, he decidido poner fin a la temporada
atlética. Estaba haciendo mis mejores entrenamientos en pista, gimnasio
semanal, flipando con el Pilates, avegetariándome lenta aunque inexorablemente
y soñaba con la medalla en los campeonatos de España de veteranos justo en el
momento en que mi trabajo de profesor entraba en el hermoso junio de rutinas
dóciles y mucho tiempo libre. Roto el equilibrio, sigo corriendo cuando puedo y
a mi aire y ya vendrán oportunidades futuras, ahora hay que estar a lo que hay
que estar.
¡Saludos!
PD: cómo he disfrutado con el libro Correr, comer,
vivir de Scott Jurek. Me ha ayudado a ir siendo el otro que quiero ser. Próximo
post, pseudo crítica literaria.
4 comentaris:
M'alegro que la teva mare s'hagi recuperat bé.
Molts ànims.
Àlex Francolí.
Certament si volem estar al millor nivell en qualsevol disciplina / àmbit, haurem de concentrar l'energia en un únic punt, i tot i així potser no arribem a l'objectiu preestablert.
I com que som persones amb éssers estimats al voltant nostre, quan la situació ho demana ens hi hem d'acostar.
Ànims, i ja hi haurà altres temporades.
Salut!
Ánimo! creo que has tomado la mejor decisión ;)
https://twitter.com/FerciRaRe/status/273103574534328320/photo/1
Gràcies Àlex, ho vàreu fer bé a la Mina! Top ten! Francolí power!
Això seguríssim Xevi, què t'he d'axplicar a tu de noves prioritats ;-)
Bonita frase Ana! La decisión era fácil, no había otra opción!
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