The pacemaker.

Te apuntas a un maratón con la idea de no acabarlo, sino solo para hacer de liebre de dos buenos amigos (con el peligro que ello conlleva; los runneres nos traicionamos a nosotros mismos con mucha facilidad. Ergo vas y lo acabas cuando no querías, ni debías). Te apuntas al maratón de Barcelona en el que tanto disfrutaste el año anterior. Montas la logística del copón: coche y chándal cerca del quilómetro 30, que te recojan y para la salida con chándal prestado.

A una semana se lesiona uno de los dos. Quedas con el otro que intentarás pasar la media en 1h17’-1h18’. Calientas, entras en el cajón sub 3h (no sé si fue el mostacho, el afilamiento facial, o qué, pero llego con suma facilidad a la 1ª línea de salida, a tiro de colleja a Jordi Hereu), oyes que no se qué que saldrá la élite unos minutos antes y, en efecto, de repente veo runneres Vip con dorsal con fondo negro (ustedes no saben con quién están hablando; ¡con lo bien que me hubiera quedado ese dorsal! )…y sobretodo, cómo, entre ellos, está mi otro acompañado! Y disparo de salida…si tenía mis dudas sobre la posibilidad real de hacerle de liebre, saliendo 2’ después es imposible. Pues yo soy ese al que le ha pasado. Queda un minuto para la salida y mandan al pacemaker, el menda, a la lista del paro. Qué hago, XXDD!. Pues disfrutar. Los buenos ya se han ido hace 2’. Ni se les ve. El público, mi público que diría una folclórica, ahí está. Esperándonos. Pues a hacer ver que uno lidera la maratón y que sea lo que Dios quiera. 3’20”, 3’8”, 3’11”, que guapo es liderar un maratón…2’ (y pico, ya) por detrás de los buenos. Me calmo, me atuso el bigote y a ver qué hago para llegar vivo al 30…y llegué, justillo, pero llegué. Encontré a un noruego que me iba muy bien para las zonas con (poco) viento, un par de chicos de Guadalajara (uno seguro) y uno de la UA Terrassa. Pasamos la media en 1h16’58” (mi mejor marca, en mi 2ª vida=1h16’33”) y llegué al 30 en 1h49’ a 3’37” de promedio. Buen entreno.

La semana anterior volví a Cambrils, donde organizaban con la categoría acostumbrada, los 10k -en la foto, mojándole el bigote a Martin Fiz- y la media más rápida de Catalunya…sino hace viento. Y ese día nos tocó vendaval. Aun así lo más preocupante era mi estado de ánimo. Me arrastré a la salida, estaba totalmente desmotivado y sin ganas y llevaba desde inicios de febrero con un agotamiento excesivo, falta de recuperación y desánimo generalizado. Pero me lo acabé pasando bien, como sospechaba. 5k de ida con viento de cola en 17’5” y 5k de vuelta con el viento de cara en 18’1”, 13º de la general y 4º de M40 (35’6” por 35’52” el año anterior: estemos mejor). Claramente somos la primera generación de atletas que llegamos a veteranos sin haber dejado de competir en muchos años, salvo lesiones. Esto promete un futuro divertido con medallas caras en los campeonatos de España. Como esta semana me caen 44 –de verdad, quien me lo iba a decir-, deberé aprovechar la temporada que viene que seré de los churumbeles de mi grupo de 45 a 49 años, je, je…

Otra semana de +90 (con Cambrils) y +95 (con la Porción de maratón). Quedan 5 semanas que deberán suponer la culminación de todo el trabajo hecho. Y un postre de la ostia, post-Boston, que será increíble. Y además con la tranquilidad de saber que hemos cogido a tiempo a mari anemia. El fisio de mi vida se dio cuenta y comencé un tratamiento con Recuperation, Homeoplex y proteínas vegetales que a los pocos días ya notaba en mi día a día personal, profesional y atlético. Los análisis confirman que estamos en el buen camino.

Saludos!!

PD: y no se me olviden de vitaminarse y supermineralizarse!