Como si no hubiera un mañana |
Voy a comenzar
con una contradicción evidente. Considero Comrades una de las grandes pruebas a
nivel mundial. Por su historia, por su atmósfera, por su dureza es un Must y no me equivoco si afirmo que la
participación internacional se disparará en la próxima década.
Por otra parte,
con mi segunda Comrades escribo mi punto y final. Satisfecho por tener en mi
haber un Up y un Down, por haber sentido y vivido las dos versiones en mis
propias piernas pero también reconociendo que tanto sufrimiento ya es
suficiente.
Recomendaría mil
y una veces correr esta prueba porqué es increíble, por la dureza de su
recorrido, por la distancia -siempre entre 87 y 90 kms-, por el clima caluroso
y subtropical de la segunda parte, cuando el sol imponente y africano está en
lo más alto, por el olor a bacón de las barbacoas familiares y sus ánimos
invencibles durante horas y horas, por cómo reacciona la gente en Sudáfrica
cuando le explicas que has corrido Comrades -les cambia la cara al instante-
pero yo ya se lo he dado todo.
Aún pintaba bien |
Mi año Up tenía
que haber sido el 2017, el año de mi 50 cumple (hubiera ganado una medalla
adicional, la Back to Back que se da a los participantes que completan dos años
consecutivos) pero me vine arriba y pasé antes por Etiopía y la cosa se
complicó. Tanto que hasta un año después anduve con problemas estomacales sin
encontrar solución. Siendo el 2018 un año Down debía esperar al 2019. En
septiembre me inscribí sin dudarlo pero no la preparé específicamente ni de
lejos. Es más, creo que hice todo lo indebido y alguna cosa más, por eso no
había otro objetivo que acabarla. Iba a ser un mind game y sabía que lo
superaría pero no me esperaba tanta falta de épica por mi parte, ni tanto dolor
y pena.
Los dos días
previos en Durban fueron de diluvio en diluvio hasta el domingo. Ahí se
cruzaron los astros y la previsión de lluvia del 60% en la salida -marronazo- salió
errónea y templada; tuvimos mucha suerte.
El día anterior,
en la feria, cuando fui a recoger los dorsales y a dejar la bolsa con ropa
limpia para la llegada, la atmósfera era eléctrica. El país ya se estaba
paralizando por la prueba. Un ambientazo salvaje que llegó a sobrecogerme por
lo que tuve que acabar yéndome antes de verme sobrepasado.
Dejando la niebla atrás |
Pude dormir bien
y en el hotelillo con encanto la mitad de los huéspedes íbamos a correrla. El dueño
nos llevó a la salida a las 4h45 en un detallazo más de este pueblo
sudafricano. Estiré un poco, me introduje en mi corral A y sentado esperé que
pasarán los 60’ que faltaban. Llegó el himno sudafricano, la canción Shoholosa
-canción zulú que habla de unos hombres que van a atravesar las montañas- que corearon 20.000 gargantas, el gallo que anuncia el amanecer y como si no
hubiera un mañana se dio la salida. Mi ilusión era ir a 5’ y quien sabe si
pasado el km 60 y los mayores desniveles acelerar un poco y bajar de 7h30’ para
ganar una silver medal.
Siempre positifo, nunca negatifo |
La temperatura
era fresca, había niebla pero no llovía, ¿qué más podía pedir? Llevaba 8 geles
Maurten de 100 calorías que me tomaría cada 10 kms y pastillas de sal cada
quince. Otro gran puntazo de Comrades es que los avituallamientos son cada dos
kms. Sinceramente algo que creo evita muchos muertos por golpes de calor.
El perfil por el
que corría y el topográfico parecían distintos, no tenía la sensación de ir
siempre hacia arriba, pero iba. Tras un primer km por encima de 5’20”, me
estabilice entre los 4’40” y los 4’50” y sin mucha complicación dejaba que
fueran pasando los kilómetros. Hacía fresco y se corría bien así que hasta casi
podía disfrutar de ver como iban cayendo los hitos kilométricos que señalan
cuánto queda hasta la meta. 87, 86…79, 78…procuras no pensar en exceso y
distraerte con cualquier cosa.
Hay que hidratarse, ¡y bien! |
Llevaría una hora
corriendo cuando comencé a notar molestias en los psoas. No sé si debido a la
lentitud del ritmo y el perfil ascendente pero en un año en que no he tenido
casi molestia alguna me encontraba tocado físicamente al pasar por el cartel de
57kms…a meta. Las molestias crecieron a la par que mi mal humor y negatividad.
No estaba disfrutando lo más mínimo sino todo lo contrario. Solo veía que iba a
darme una paliza monumental, aunque retirarme, por lo pronto, no era una
opción.
Polly Shorts de los c... |
Y así, sin épica
ni trance alguno, fui sintiendo cada puto metro durante horas. Tras estabilizarse
el dolor y pasar el ecuador de la prueba razoné que si era una prueba más
mental que física debía comenzar a alimentar mi cerebro con más positividad. Y
así lo hice, y lo conseguí ver con ojos de turista privilegiado en Sudáfrica
-que al día siguiente iba a comenzar un viaje mítico por el parque nacional del
Kruger-, los paisajes ya acompañaban -las mil colinas que separan Durban de
Pietermaritzburg y el sol y el viento que caían sobre mi cara que había vuelto
a sonreír.
Se acaba el calvario |
Coleccioné
momentos míticos, el cartel de 29, de 19…caminé (mucho) cuando no pude más e increíblemente
llegué al 76. El sol era tan fuerte desde la mitad del recorrido que a pesar de
seguir un ritual de hidratación cada 2 kms -agua, isotónica, coca cola y agua sobre
la cabeza- llegaba con la garganta incendiada y desértica al siguiente
avituallamiento. A falta de 10k se me atragantó Polly Shorts, un puerto de 2k
que suele sentenciar, si aún no lo está, definitivamente la carrera. Caminé
creyendo que era de los últimos participantes, que me habría ido a las once
horas mínimo -la batería del Garmin había fallecido- cuando hablando con una
participante me indicó que entraríamos en meta entre las 8h y las 8h15’. Fue una agradable
sorpresa.
Y con la falta de
épica que me acompañó a lo largo del día, recibiendo los ánimos infatigables de
la mejor afición me fui acercando a la meta. Me reté a correr sin para los
últimos 3, cosa que conseguí y crucé la meta en 8h15’. Sorprendentemente rápido
para lo sentido.
Cerré la carpeta
Comrades y cogí el autobús que me devolvió a Durban.
Fin |
Leí a los pocos días un post de Sage Canaday, el talentoso ultrafondista -yo no lo soy, me gusta la tralla- norteamericano en el que se preguntaba cómo entrenar para esta prueba única en el mundo en la que por segunda vez se había vuelto a estrellar. Y si alguien con tanta experiencia no acierta con la tecla, señal que no es fácil.
Cerrando carpeta Comrades |
Y aunque fantasee
con volver a los 60, dejo aquí por escrito que no, que como una media no hay
nada y un maratón al año es suficiente.
¡Saludos!
Gerda Steyn, 17th ¡overall! Y sub 6h |
1 comentari:
No estamos tan mal Ferran!!
8h15 sobre 90 kms es una media de 5'30", 11 kms/hora.
Por tu descripción del ambiente nos entra unas ganas locas de participar... pero con tu descripción del sufrimiento ya hemos sufrido suficiente!!
Me quedo con el libro de Bob de la Motte y tus crónicas!!
Por suerte sé que seguirás competitivo, y que aun se pueden cumplir muchas ilusiones (he oído un NR 55 a la maratón?).
Seguiré pendiente!!
Abrazos Ferran,
Dennis.
Publica un comentari a l'entrada