Dale Chihuly, escultura en vidrio |
A
ritmo de maratón van cayendo las semanas y en la lejanía asoma el 10 de marzo. Muchas
aventuras se nos cruzaran por el camino, sin duda alguna.
La
semana que cierra ha sido vertiginosa en su rutina. En mi giro copernicano y
vital llevo varios unos de enero descansando y este fui fiel a mis nuevos
principios. Acabaré corriendo, si los Dioses lo permiten, más de 340 días el
2019 así que bien está lo que bien empieza.
Seguí
al descanso con un rodaje de 24k completamente compensa culpas. Y al día siguiente,
me vine arriba y cayeron 10 series de mil entre 3’26” y 3’30” más un 6k a 3’39”.
Pero por la noche la baja espalda me molestaba bastante, sin poder doblarme.
Fue el momento susto o muerte de la semana. Al día siguiente pude correr, algo
rígido, 14k por sumar porqué el sábado tenía la prueba de fuego. El tren kalenji
partía a las 8h15 con destino a los 25 kms.
Amanecí
muy recuperado de la espalda y aunque en los primeros 10k sufrí por el frio
polar, a nuestro nivel, fuimos a más acabando solos (porque no todos preparan un maratón) el maquinista y el revisor,
110 años entre los dos, a tres treinta y tantos. Fiché por 25k a 3’52”. Y lo
sorprendente es lo recuperado que me siento y con hambre de más, solo debo
vigilar con no pasarme de vueltas.
125k
en seis días cierran la 5ª semana, ésta ya deberé rozar los 140.
¡Saludos!
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