Si corro cabeza abajo, mala señal |
Desde
hace tiempo me ronda la idea de no haber conseguido nada relevante desde enero
del 2017 habiendo entrenado más que nunca. Sé perfectamente que es un
sentimiento falso, sin ir más lejos en octubre fui subcampeón de España de
maratón (M50) y en enero del 18 campeón de media. Junto al, quizás, Campeonato
de Catalunya de maratón absoluto del 2016 -fui 2º pero al 1º lo han detenido por liderar
la trama de dopaje en la que está metido Fifa- mis mayores éxitos a nivel
oficial.
En
realidad, este sentimiento extraño proviene de haber competido muy poco en estos 20 meses y de las circunstancias, curiosas,
extrañas, que los han acompañado. En la primera parte de 2017 me dejé la piel
para hacer un buen Comrades (up) pero el viaje previo a Etiopía me
dejó KO y tuve que renunciar a Sudáfrica.
Esas vías verdes que tanto han hecho por nuestro deporte |
Tras
descartar bichos comencé a entrenar y tras Palma en octubre, en el Campeonato
del Mundo de Media de TGN hice mi mejor carrera en estos dos años basándome en
las sensaciones vividas. 8º con 1h14’22” y disfrutando muchísimo de la carrera
con un sprint final histórico. Top ten con 50 años era algo que creía
imposible.
Aunque
en enero en Melilla me sentí a gusto corriendo las sensaciones no fueron como
en Tarragona. Y a partir de ahí todo fue a peor. Las series me salían pero a cada
semana más me costaban. Sensaciones que me retrotraían a dos anemias pasadas pero
que en principio descartaba al estar tomando hierro. Corrí en marzo en
Salamanca los 3000 indoor y en competición mi estómago se comportó extrañamente.
Al forzar los ritmos notaba una guerra mundial intestinal que me impedía correr
más rápido, además de perder el foco. Era algo nuevo. A pesar de todo me fui
con un cuarto puesto que visto con perspectiva me motiva más, si cabe, para el
2019.
Fotaca por la parte medieval de mi ciudad |
La
primavera la iban a protagonizar los 10k en ruta y pista. En Iurreta, mediados
de abril, saltaron las alarmas. Desde el calentamiento ya me encontré muy
flojo. Corrí en 35’ y medio sufriendo lo indecible y vi claramente que debía
parar y averiguar qué me estaba pasando. Y la primera analítica nos dio la
pista. A pesar de la suplementación de hierro a diario mis índices caían en
picado y mi fisio lo vio claro: si tomas hierro y cada día estás más bajo
alguien se lo está comiendo por ti. Más analíticas y finalmente apareció la culpable, la bacteria
helicobacter pylori. Así que durante todo mayo, 28 días, me tomé 10 pastillazos
diarios para derrotarla. Y reduje mis rodajes a 30’ suaves. Pensaba que serían
mucho más duros los efectos secundarios a nivel estomacal de lo que realmente
fueron y ni pensé en que se manifestarían a otro nivel.
Tras
el tratamiento mis números soñados para Berlín eran imposibles –junio 120k/sem,
julio 140 y agosto 160- haciendo vida de Pro al aprovechar las vacaciones
docentes. Reanudé los entrenamientos y empecé a notar que sí, que los antibióticos
me habían dejado KO. Problemas de gemelos y sóleos, cuádriceps y periostitis
tibial con algo de fascitis plantar. Una detrás de otra y a veces solapándose.
Me pasé junio y julio entre fisios, sufriendo para poder entrenar y sin llegar ni
de lejos a los 90 kms semanales. A finales de julio y tras un tratamiento
intensivo de fisioterapia más vitaminas B12, hierro, zinc y omega3 para ayudar
en la recuperación pude comenzar a añadir volumen y calidad. Tenía 6 semanas.
Con la impagable ayuda de mis kalenjines lentamente fui mejorando y aunque sin
llegar a mis entrenamientos sub 2h40 me acerqué bastante así que volví a ver
Berlín con ambición.
Justo
la semana en que mis peores dolores remitían -por algo tan simple como un buen
estiramiento de la fascia plantar- corrí un 10k en Tortosa -de donde son las fotos-,
organizado por mi club y muy lejos de mi forma me dediqué a sufrir bajo un
calor infernal.
A
partir de ahí pude sumar 3 semanas de 120k y 2 de 140k y con ello me fui a
Berlín, creyendo que podría volver a bajar de 2h40’ y hacer podio en mi grupo
de edad en una Major.
Continuará.
¡Saludos!
PD: curiosa coincidencia. Hoy que vuelvo a publicar tras mucho tiempo, me he inscrito para Comrades 2019.
2 comentaris:
Bien Ferran!!
Siempre es mal síntoma si haces tú menos posts en un año que yo maratones..
Leyéndote, da la impresión que son mayores tus ansias de compensar el tiempo perdido que no la paciencia para formar una buena base y tirar de ahí!
(Pero no seré yo quién para darte lecciones...)
Esperando (con ansias) la segunda entrega.
Que hayas hecho lo que has hecho... estuviste allí con el récordman!!
(Otra edición UP, jaja)
Un abrazo,
Dennis.
Dennis,
Con respecto al blog vivo un bloqueo que me ha llevado a escribir unos cuantos posts y no publicarlos...hasta que al final pensé que no deja de ser un diario personal (y público) donde sí o sí debería constar Berlin para que pueda releerlo cuando sea más mayor.
Y por el maratón, hoy que he visto Amsterdam y Toronto por streaming, fueron las molestias múltiples las que no me dejaron aplicar mis ideas. Me tuve que ir adaptando. Entrenar uno en verano, eso sí, endurece como una roca si no te derrites por el camino.
Y com ya sabes, tengo una cuenta pendiente con Durban, Up year. Para cerra mi relación con el ultrafondo -dejando de lado mis futuros ultras contigo-.
Abrazo,
PD: haré Barcelona 2019
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