En modo Pre |
Sigo mi romance con la Behobia y tras un año de ausencia,
por causas mayores, he completado la que ya es mi sexta Alameda del Boulevard
de los sueños cumplidos. Se me ocurre, ahora que estoy más cerca de las 10
ediciones, que molaría algo semejante al Green Number de Comrades, un dorsal
fijo y definitivo por haber alcanzado dicha cifra. Y una txapela.
El día anterior, exhausto y aborrecido de las retenciones
hasta en los párquines, pensé que sería la última. No lo será pero mi
aproximación será distinta, meramente deportiva y dejaré el ocio y el placer
para otro viaje. San Sebastián bien se merece más de una visita anual, alimenta
el espíritu y en modo otoñal es imbatible.
Enamorado de Donostia y del otoño |
Este año mi forma y mi edad no anunciaban una cuarta hora
diez sino que me veía en hora doce. Pero como es uno de los escenarios donde me
vengo siempre arriba, quedaba la duda.
Por otra parte, hacerla junto a mis amigos Enric i Jordi,
que debutaban, era un aliciente, una ilusión más para mi colección extensa de
instantes eternos.
Si me queréis, seguidme! |
En un día ideal para correr pero sin la épica de otros
años (un poquito de lluvia torrencial) salí dispuesto a ver qué tal estaba,
cómo se iban consolidando mis entrenos. Huyendo de la estampida inicial vi que
el primer km lo pasaba en 3’35” y el segundo en 10” más. No hacía falta mirar
de nuevo el reloj, a partir de ahí una gorra blanca (Santi) y una camiseta
naranja (Jaume) me servían de referencia, a lo lejos, durante ¾ partes de la
carrera. Mientras les veía, iba bien.
Elogio del quadríceps |
Por primera vez, con la excepción de mi primera Behobia
que no cuenta, no pillé autobús alguno, me la comí en solitario y eso gusta
menos. En la primera subida seria me sorprendió lo fuertes que iban un atleta
con diversidad visual y su guía. Coronada la cima me adelantó una grupeta
apetecible a la que fui incapaz de acoplarme. Seguí con aquella sensación que
uno tiene, en ocasiones, de ir cerca del límite pero sin acabar de sufrir del
todo y las dudas surgen, ¿corro más lento porque sufro menos? ¿Sé sufrir?
No acabo de entrar bien |
Viviendo la carrera desde un prisma positivo, veía que
cazaba a algunos atletas y que el alto de Miracruz cada vez estaba más cerca.
En capítulos anteriores era donde soltaba mi hachazo (francoliniano) y dejaba
al autobús buscando el cambio de rasante que te lanza hacia Gros, el Kursaal y
la gloria bendita. No subí como siempre pero me defendí y pude disfrutar del
final a conciencia, saboreando el público que abarrota como siempre el
circuito, masivamente en su parte final. Los relojes novecentistas marcaban las
11h12’ de la mañana en mi largo sprint así que cumplía con mis expectativas y
al ver el reloj de meta vi que tenía alguna opción de empatar con mis
predicciones…pero fue 1h13’00”. Solo un par de años más joven me habría
enfadado ligeramente conmigo mismo…ya no más. Seguiré corriendo
competitivamente pero no más malhumores que años después devienen en auto reconocimiento
y satisfacción.
3 eagle's boys, ¡jóvenes y con ganas! |
En meta pude saludar a dos Eagle’s boys –de los que
seguimos la religión de las poleas de Don Luís-, dos auténticos cracs como Santi
Sierra y el inagotable maestro de maestros de corredores, Don Sergio Fernández
Infestas. Y un lector de este blog tuvo el mérito de reconocerme y saludarme,
algo que no tiene precio.
Tras dos meses de entrenamiento de fuerza bajo las
órdenes de Luís del Águila me noto fluido y fuerte. Mis flexores de cadera
están que se salen (muevo la pierna, muevo el pie, muevo la tibia y el peroné)
y la recuperación de la Behobia ha sido quizá la mejor de todas. Buena señal.
Larga vida a la Behobia.
¡Saludos!
2 comentaris:
Ferran,
Es una buena marca igualmente, hombre!!
Quizás no excelente, pero sí muy buena.
Habrá que probarlo alguna vez...
Vaya cuádriceps, sí. Da miedo verlos :-)
Pero..¿Por qué llevas tan sólo 1 Compressport?
Dennis, sorry for the delay! Se me carga levemente el sóleo de la pierna izquierda y con el compressport se mitigan las molestias.
Abrazo!
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