2 pájaros de la noche dispuestos a todo |
5
meses y un día después, fruto de una casualidad casi cósmica, se repetía la
escena. De madrugada cruzaba la noche en un autobús junto a otros participantes
camino de la salida de una carrera diferente. Al igual que en Sudáfrica el
rugido inicial, el miedo íntimo de los atletas que escapaba a voz en grito iba
amorteciéndose a medida que avanzábamos hacia la salida.
Quise
hacer la maratón, en el que será mi año gran año de dedicación ultrafondista,
pero mis molestias de septiembre –y el consecuente descenso de volumen-
aconsejaron optar por la mitad, la media. En una vía verde, Val de Zafán, preciosa
y memorable –atraviesa las tierras de la Batalla del Ebro- que quiso unir por
tren (nunca se finalizó) Zaragoza con San Carlos de la Rápita quedándose entre
la Puebla de Híjar y Tortosa.
Solventadas
las lesiones, ya he podido encadenar 3 buenas semanas de entrenamientos, por
encima de los 100, con 3 sesiones de calidad más las 3 sesiones de fuerza con
mi nuevo entrenador en este campo, Don Luís del Águila –un referente
internacional en la materia-, y la forma va llegando progresivamente junto a la
fluidez de la zancada.
Volvieron los imperdibles |
Mi
mentalidad pre-carrera no era plenamente competitiva sino que lo afrontaba en
modo entrenamiento-competición. Básicamente la diferencia estriba en que no me
corto de entrenar fuerte los días anteriores (sábado con sesión de fuerza y rodaje
alegre de 17k). La idea era hacer un tempo sobre 21k a esfuerzos que no se
consiguen entrenando. Salir lento y correr unos buenos últimos 10k. Pero me vi
delante, se fue reduciendo el grupo y a falta de 9k me encontré con unos metros
de ventaja así que entre que tiré de oficio y que conocía la última parte del
recorrido casi piedra a piedra conseguí una victoria que me sentó muy bien. A
estas edades uno siempre cree la última victoria ya pasó.
Analizando
la carrera, en la que conseguimos un ilusionante doblete kalenjin con el
Comandante en Jefe, Periko, arrasando en el maratón. Me puse inconscientemente
en modo Charlie Spedding.
Despedido el autobús donde se iba el CeJ, me sumergí
en una burbuja de silencio y no hablé con nadie durante el trayecto, la espera
y la carrera. Me focalicé en recordar lo afortunado que era por correr y en tal
entorno. En calentar con detalle atendiendo a la neuro-estimulación muscular y
en carrera en monitorizar mi esfuerzo, observar a mis rivales y centrarme en
encontrar las oportunidades; que estas me cogieran preparado. Dando un 110%
logré la victoria.
Ahí estamos, disfrutando del marco incomparable |
Aunque
ya esté dentro del periodo específico de maratón (Tarragona, 22/1/17),
seguiré priorizando entrenamientos rápidos con ligeros incrementos de volumen
hasta la media de Tarragona (27/11) donde mi objetivo será un top 20 y bajar de
hora quince. Antes, peregrinaremos a la Catedral de la Behobia no tan fino como
otros años pero con ganas de volver a revivirla.
Use your illusion |
Y
pasada la maratón, donde defenderé mi subcampeonato de Catalunya, me centraré
en Comrades 2017. Y el sueño que alimentará cada metro recorrido será bajar de
7h. Bajar mi marca en 53’29” y en año up (la
que toca este año).
De
mi viaje a Sudáfrica me traje una curiosidad infinita por el país y por la
carrera. Descubrí a Bob de la Motte y después a Bruce Fordyce. De este último
acabo de leer una biografía donde se explican con detalle sus participaciones y
victorias -ganó 9 veces (8 consecutivas)- y dejo para navidad su autobiografía –imposible
sin Amazon- donde explica cómo entrenar la prueba así como el libro de ruta del
circuito, para ir memorizando cada cuesta.
Bruce and Bob |
Para
entender la figura de Bruce Fordyce en Sudáfrica hay que contextualizarlo en un
país paria, marginado internacionalmente, en consecuencia endogámico y con un
gobierno fascista y racista dirigido por unos fanáticos enloquecidos y
asesinos. En ese ambiente sórdido la retransmisión íntegra de la carrera por TV
era de los pocos momentos de luz y de color a la par que interracial. En esos
años un muchacho rubio como la cerveza, de zancada fluida y que se había
manifestado como un luchador antiapartheid –como De la Motte, entrenaban cada día
con atletas negros, eran amigos, veían de primera mano la injusticia salvaje
del régimen-, Bruce, ganó en 9 ocasiones y como no puede ser de otra forma en
una prueba de 90 kms, épicamente.
Mitos sudaricanos |
Mr
Fordyce, de origen escocés, se convirtió en el símbolo que es aún hoy (como
pude comprobarlo en la feria del corredor). Consiguió ser atleta profesional y
con una preparación metódica que incluía el estudio milimetrado de sus rivales
a lo largo del año llegaba a la gran cita anual en su pico de forma –por eso
mismo nunca ganó una prueba que se celebraba 2 meses antes, la mítica Two Oceans de 56k-. Recomendaba llegar con algo de sobrepeso, un par de kg por
encima del ideal. Doy fe, perdí 5kg de los cuales solo recuperé 2 bebiendo.
En
esos años Bruce contó con la ayuda de uno de los más grandes científicos de la
fisiología deportiva, Tim Noakes, también Comradiano y con quien inició un
negocio de barritas energéticas en los ochenta, eran unos adelantados a su
tiempo.
Ganó
también 3 veces la Londres-Brighton, algunas ultras en los USA y el mítico
campeonato del mundo extraoficial de los 100kms, increíblemente bien
remunerado, en aquella prueba de 1989 que le costó una sanción de 2 años a Domingo
Catalán y Antonio Mestre. Que les quiten lo bailado.
Seguimos,
pues, para bingo.
¡Saludos!
PD: agradecer a los diferentes fotográfos los instantes que nos regalan.
PD: agradecer a los diferentes fotográfos los instantes que nos regalan.
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