Será una de mis biblias |
Acababa de despedir a mi amigo Jordi tras haber
recorrido la inmensa y orgasmática feria del corredor del maratón de Boston del
año del gran calor, de la edición del infierno del 2012. Apocalipsis Maya.
Volví a entrar en la misma para comprar y
comprarme unos regalos y, libre de dar la brasa a nadie, recorrerla una y otra
vez hasta morir. Me fotografié con Karnazes (bajito, mucho gasto en peluquería,
él, que puede: ¡ultramechas!), observé el delirio merecido con los Hoyt y me
llamó la atención el inicio de la formación de otra cola. Una hora antes, casi
sin darme cuenta, me había saltado una gigantesca para fotografiarme con Desi
Dávila (Linden de casada), una de mis maratonianas favoritas: con discurso,
sentido del humor, esfuerzo, honestidad e identidad.
Elder Kelley |
Así que esta vez decidí guardar las formas aún
sin saber muy bien qué famoso/a estaría a unos 10 metros. Había pillado un buen
sitio en la parrilla de salida. Y de repente era él, Bill Rodgers. En persona.
En vivo y en directo. Habiéndome criado con las revistas norteamericanas de los
setenta y ochenta de Runner’s World sabía qué representaba (pensaba que lo
sabía) en este bendito mundo del correr. Así que nos hicimos una selfie cuando
aún no se llamaban así, me firmó unas fotografías (¡que no sé dentro de qué
libro están!) y me comentó, muy afablemente, sus luchas con Mariano Haro en el
cross de las Naciones y que siendo yo mediterráneo estaría adaptado al calor
que se anunciaba para el siguiente lunes. Ya te darán. Quizás otros detalles
los haya contado ya por estos aquís y allís.
Amby entre los Kelley |
Vuelvo a Bill porqué acabo de leer su biografía,
Marathon Man. Me ha impactado y puedo afirmar que debería ser un libro de
lectura obligatoria para cualquiera, tenga la edad que tenga (47, un poner),
que quiera descubrir y aprender el procedimiento para dar lo mejor de uno
mismo. En una maratón y en la vida. Ya nos dijo Deena Kastor que uno afronta la
vida como lo hace con un maratón. Y lo contrario sería engañarnos a nosotros
mismos.
A finales de los sesenta EEUU era un hervidero
social. La contracultura, la guerra del Vietnam…tiempos de cambio (para que
todo quedara igual) en plena guerra fría. Bill, hijo de Massachusetts, había
tenido una buena infancia, al aire libre, en los bosques frondosos del este
norteamericano. Siempre se recuerda corriendo, jugando. El lado positivo de cierto
paralelismo africano.
Salazar preparando el relevo de Bill |
Tras un paso brillante y atlético por la
secundaria, siguió entrenando en la universidad donde se produjo una de esas
casualidades que nos pueden cambiar la vida, aunque tardemos años en darnos
cuenta. Compartió habitación con Amby Burfoot y ahí enlazó invisiblemente con
la tradición de ganadores del maratón de Boston de Nueva Inglaterra que cruza
todo el siglo XX: Clarence de Mar, John “the Elder” Kelley, Young Johnny Kelley
(sin parentesco), Amby Burfoot y el propio Bill quien pasó el relevo al mismo Alberto
Salazar. Pero esto es regreso al futuro.
Duel in the sun. |
Amby era un metódico estudiante que, huérfano de
padre, había sido acogido por Younger Kelley (2 victorias en Boston) quien le
traspasó el veneno del correr –eran tiempos duros, no era extraño que los
conductores les insultaran- y en especial el de vencer en Boston. Estoicamente
doblaba diariamente y los fines de semana realizaba tiradas de 40 quilómetros.
Muchas veces Bill, quien ya por esa época había comenzado a sucumbir a la
confusión de la noche, le acompañaba. Y aún sin saber nada de la leyenda que
era el maratón de Boston aprendió inconscientemente que para luchar por
semejante reto debía apostar al 100%. Debía ser atleta las 24h. Tenía talento
para la larga distancia.
La vida transcurrió, Amby dejó la universidad e
inició una vida plena y de éxitos (fundador de la revista Runner’s World) y Bill
dejó de correr completamente para abrazar a la siempre sobrevalorada noche, el
humo y el alcohol y cruzar las nieblas de la vida con su magnífica (eso sí lo
añoro) Triumph. Al mismo tiempo, su radical posición contra la guerra de
Vietnam le condujo a la objeción de conciencia y el pago fueron dos años de
servicios sociales. Pero algo le decía que no era plenamente feliz (o que
estaba completamente insatisfecho).
Clarence de Mar y las chicas de Wellesley |
Un día, paseando con su moto, se encontró con
gente esperando a los corredores del maratón. Aguardó, resacoso, y vio llegar a
su antiguo amigo Amby quien acabó venciendo. Era la edición de 1968. Primer clic.
4 años después Frank Shorter ganaba el oro
olímpico en los trágicos JJOO de Munich y Bill lo veía en directo a través de
la TV. Segundo clic. Volvió a correr. Poco a poco se fue reconstruyendo como
atleta y al tiempo su volumen alcanzaba las 100 millas semanales haciéndose un
nombre en las anónimas carreras de Nueva Inglaterra. Se cruzó con un genio, su
entrenador Bill Squires, un adelantado a su tiempo, un visionario. Y comenzó la
historia.
El libro es un hermoso flash back que fluye
entre su maratón de Boston de 1975 y su vida anterior. Obviamente, mucho más de
lo que cuento.
Sus reflexiones coinciden con mis respuestas,
las que he ido encontrando a mis preguntas a lo largo de mi vida. Habla de la
felicidad del correr, de la conexión con la infancia, de la vida con una consciencia
más libre. Y ante el tópico de la soledad del corredor de fondo defiende su
potente vector emocional y colectivo, el de todo un grupo que prepara un
maratón. Lo he vivido plenamente estos últimos años. Especialmente esta
temporada.
Leo que ha cerrado hace poco su mítica tienda en
Quincy Marquet en Boston. Un auténtico museo que atendía su hermano mayor. Os
dejo aquí el post que le dediqué y brindo por una larga vida para Bill y por
todo aquello que nos ofreció.
¡Saludos!
4 comentaris:
Ferran, és tot un luxe llegir-te sempre estarem en deute amb tu per tot ho que aportes als runners.
S'agraeix però ets un exagerat Wladi! Lo que passa és que m'ho passo molt bé, entrenant i escrivint, així que no hi ha sacrifici.
Abraçada!
Ostras con el Blogger. Tu supuesto último post "L'ofici de Viure" llega a una página en blanco, y ahora veo que hace 5 días escribiste este post..que no sale en mi lista.
Pues..repetiría todo lo que ya ha dicho Wladimir, y ya sabes cual va a ser el próximo libro que me voy a leer!!
Si no te es un sacrificio.. ¡¡a continuar!! Gràcies Mestre!!
Dennis, ya vi en algún otro blog que me referencia que no se actualiza...pues tira de Amazon.es ya! Te ayudará a hacerte un onvre de una vez e ir a por esas sub 3h! ;-)
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