Más literatura deportiva. ¡Bien! |
Conocía, creía conocer, la increíble historia de
López Lomong, el niño perdido del Sudán que fue el abanderado del equipo
olímpico estadounidense en los JJOO de Pekín.
Fruto del bookcrossing afectuoso, recibí este
sábado pasado su biografía Correr para vivir y ya en el mismo avión, antes de su
despegue dirección A Coruña, comencé a devorarlo. No habíamos aterrizado en la
vuelta, 36h después, cuando ya había sido finiquitado.
¡Momentazo olímpico! |
Una historia feliz y dramática que pone voz a una
tragedia y frente a la cual, a fuerza de repetirse, quizá nos hayamos
anestesiado. Los detalles te llevan mucho más allá. Su secuestro a los seis
años y sus 10 años en un campo de refugiados son el retrato de una
supervivencia darwinista. Su adopción y adaptación a los EEUU, a la cultura
occidental en definitiva, es el espejo de quiénes somos. Y su triunfo académico y deportivo el ejemplo
y la recompensa al esfuerzo. Somos calvinistas. Somos luteranos. Somos working class, no lo olvidemos.
Geopolítica con mi Michelle. |
2008 queda lejos y López Lomong sigue siendo
protagonista. En lo deportivo, este pasado fin de semana, en esa suerte de
Sálvame que han sido los campeonatos norteamericanos indoor, ha ganado los 1500
y ha sido cuarto en los 3000. Y en lo solidario su fundación sigue sus
proyectos en el ahora independiente Sudán del Sur. Le deseamos larga vida.
¡Saludos!
Ganando al runner hipster. |
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