La armada casi invencible |
Con el poso de lo vivido ya
precipitado, mayormente, me invito a reflexionar, lo cual no deja de formar
parte del encanto de la experiencia, como cuando revives una y otra vez un
viaje, aquel viaje.
Mi prueba.
Por comparar, estoy más
orgulloso de mi este año que el anterior (que ya es decir). Si en el 2013 no
sufrí en exceso, este año fue todo lo contrario. Desde el kilómetro 16 una
sobrecarga en las plantas de los pies hizo que fuera gestionando el dolor a lo
largo del resto de la carrera. Haberlo resistido forma parte de mi debe. Como
también el haber planteado mi primera maratón al ataque, sin concesiones, sin
miedos. El ritmo previsto ya me asustaba (3’42”), más cuando en el primer
tercio de carrera marcamos algunos treintas…había que arriesgarse y lo hicimos.
Y valió la pena.
Me gusta ser maratoniano
porque uno no deja de aprender sobre si mismo. Este periodo de preparación
(septiembre-enero) he sido capaz de añadir más kilómetros, fijar una visita al
gimnasio semanal (¡un saludo a los ciclaos!), liebres de lujo, en amistad y
ritmo, motivar a unos amigos – ¡gracias! ya no lo dejaremos- para que tiraran
adelante con la Pre habilitación (o gimnasia preventiva) y crear un entorno
afectivo de atletas con el objetivo colectivo de llevar cuerpo (y mente) a
límites nunca antes hollados, crecer y sufrir, competir con uno mismo.
Experiencias todas ellas que
deben ser trasladadas a otros ámbitos de mi vida. De vuestras vidas.
No puedo estar más
satisfecho. Y ya pienso donde puedo mejorar para el 2015. ¿8 semanas con un
promedio de 120? ¿2 gimnasios por semana? ¿PreHab y Pilates? ¿Programación
Neurolingüística aplicada al entrenamiento?
Cualquiera me cree ahora si
le digo que actualmente…casi, casi, prefiero entrenar a competir. Sé que el día
que deje los dorsales seguiré entrenando, con las mismas ganas e ilusión. La
misma que ahora tengo pensando en la MCD 2015.
¡óstias que bajo...! |
La prueba.
Tarragona es un lujo y en
enero más. Amistades de Boston, de Noruega, de Barcelona coinciden en su
belleza. Tiene historia, tiene mar, tiene dimensión, tiene servicios. Un fin de
semana maratoniano puede ser una excusa perfecta para conocerla. Además te
encontrarás con un circuito muy divertido en un 90% (100% preveo) y una
organización que ya no roza sino que alcanza la excelencia tras cuatro
ediciones, dos de ellas en la ciudad. Geles en los avituallamientos, powerades,
gominolas, frutos secos, naranjas…en modo barra libre. Voluntarios de Tarragona
2017 allí donde los necesites e incluso patinadoras (y patinadores) que te
llevan el avituallamiento a tu mano cual Martini Bianco. Entrenas en los meses
otoñales y te presentas a disputar la prueba bajo un sol de invierno. Te
recuperas y enlazas con las pruebas de finales de primavera. O vuelves a la
piscina. Te llevas además una camiseta (no una más) exclusiva cuyo precio de
mercado ya supera la inscripción. Tienes liebres, ves el mar. Rambleas. ¿Qué
más quieres?
Nuestro Fiz, García, Juzdado |
Aprendí de José Luís Sampedro
a decirle a mis alumnos que deben cuestionarlo todo, incluso a mí. Sobre todo a
mí. Así que en estos tiempos ilusionantes que corren (bonita metáfora) antes
que hacer caso a estas élites extractivas, incompetentes y trileras, veniros a
Catalunya a conocernos. Y os formáis vuestra libre opinión. Un motivo más para
comenzar a pensar en la MCD 2015. Por mi parte, si me escribís, os daré unas
cuantas direcciones interesantes.
¡Saludos!
The fucking master! |
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada