I survived to Behòvia 2009

dimecres, 31 de juliol del 2013

Pechoblogging. Egoblogging.

Ryan, apóstol del pecholobismo

Podría servir, la primera, como la definición del bloguero al que le gusta correr en verano sin camiseta. Mísmamente un servidor. Nada me produce más placer, o casi. Pantalones, zapatillas, gorra y a rodar. Y como tengo una edad y ya me molesta el calor, a horas tardías o tempranas, y aún así algo de color se pilla. Al igual que los apóstoles de Mammoth Lakes siempre he homenajeado al buen tiempo entrenando, nunca compitiendo, sin camiseta. E incluso me inventé un amago de haiku.


Me quito el moreno paleta,
Corriendo en verano,
Sin la pesada camiseta.







La segunda la incorporaría al diccionario para cuando un bloguero habla de sí mismo, algo relativamente corriente. Por lógica y por un leve, por el bien de todos, narcisismo. Lo que vendría siendo un postureo manuscrito. Y quería utilizarla para resumir esta temporada 2012-2013, abortada por fuerza mayor.
 

Y de repente, estábamos allí


Tras unos días de intercambio en Noruega y un leve parón de 8 días, julio de 2012, la liga de las Running Series (10 carreras de 10kms en el bendito asfalto de las Terres de l’Ebre), que quería ganar, provocó que forzara la forma y corriera demasiadas carreras de 10kms a ritmos entre 34’30”-34’45” entre septiembre y octubre, con otro episodio de pierna dormida. No hubo series pero si muchas cuestas y la sensación de no quilometrear demasiado. Así llegué a Behobia con las Series en el saco y sin mucha idea de mi estado de forma en distancias superiores. En un día épico bajo la lluvia y sin reloj, disfruté como nunca corriendo en hora diez. Mi sueño 2013, un sub 70’. Las expectativas –quejosos que somos- de la media de TGN no se cumplieron pero aún así corrí en hora catorce y logrando mi mejor puesto post-lesión. Y a partir de ahí ya solo había un objetivo, el maratón de la Costa Daurada a celebrar en enero en mi ciudad de adopción. Era mi última oportunidad. Demasiados muros. Y toqué el cielo con mis manos (lo manoseé, de hecho), tras aplicarme los sabios consejos del Dottore Renato Cánova. 2º a los 45 años y 10 meses con mejor marca personal (2h39’50”) con mi gran amigo Jaume 3º y con la ayuda de mis liebres Sergi Hidalgo y Jorge de Andrés, a quienes aún debo un gran aperitivo.

Behobia is in my heart


Un mes después gané el Campeonato de Catalunya de 3.000 M45, en mi primera carrera en pista cubierta, disfrutando muchísimo. A partir de aquí, febrero, trabajando mucho (plano laboral) y con un estrés creciente, me costó recuperar el nivel. Aún así, me divertí mucho e incluso participé con el varios podios del Tour, Joseba Beloki, en un Half por relevos. La temporada era larga, junio estatal vets de media y julio de pista, así que había que llanear hasta volver a la calidad a mediados de abril. Boston en nuestra memoria. Y así fue. Cuando estaba realizando mis mejores series y todo iba en buen camino circunstancias mayores hicieron que diera por finalizada la temporada. Además, por si no lo tenía claro, la naturaleza es sabia y mi cuerpo rechazó en forma de contractura el intento de exigirle más de lo que daba da sí.


Así que tras 4 semanas de parón, humildad y a picar piedra y tras 4 semanas, como Montoro, veo la luz al final del túnel. Espero, ni ser tan cretino, ni que sea la luz de un convoy que viene hacia mí.

¡Saludos!
 


Sin palabras


2 comentaris:

Dioni Tulipán ha dit...

No te cortes Ferran! Leemos tu blog justamente porque expliques TUS historias (y no nos cansamos de leerlas!!).

Igual que en la Economía hay estabilizadores automáticos (al menos, antes existían...), parece que en el tema de la felicidad pasa la mismo. Cuando hay demasiado viento en popa, algo pasará para frenar esta situación tan bondadosa.

Con eso quiero decir que ahora, con el viento totalmente en contra, algo hará amainar el temporal y volverás a estar como antes. Feliz, en tu salsa, pero con los pies en el suelo.

Brutal la foto sub 2h40!!!

Un abrazo,
Dennis.

Ferran ha dit...

Gracias Dennis! O como decían nuestras madres, las españolas que tienen un sentido quizás más trágico de la vida, que Dios no nos envie aquello que seamos capaces de soportar! Seguro que el tiempo me devuelve el ánimo.

Abrazo!