Centenares de pétalos se estrellan contra mi rostro al son de un aire extremadamente cálido. Ha estallado violentamente la primavera. Los pájaros llevan cantando desde el amanecer y veo algunos gansos cortejándose al tiempo que las ardillas se cuentan sus cosas, quizás quién ganará mañana en Boston (o la suerte que tienen de no ser elefantes en Botswana). El río Charles sigue fluyendo hacia un Atlántico muy cercano y centenares de personas corremos corriente arriba (y abajo) con mil biotipos distintos, equipamientos múltiples, biografías únicas e irrepetibles. Entonces le veo, y le sigo. Se gira y le deseo mucha suerte para mañana. Es él, Geoffrey Mutai. El maratoniano del año 2011 con sus increíbles marcas de Boston y también de NY. Por suerte no me ha hecho falta pasar por ninguna situación altamente dramática para reconocer cuan afortunado soy.
Paradójicamente, la organización, que nos está inundando con continuos e-mails, nos alarma sobre las extremas condiciones de calor con que nos encontraremos mañana: 31 grados aunque con muy baja humedad (38%). Incluso nos anima a no tomar la salida a cambio de tener garantizado el dorsal para el 2013 (eso sí, pagándolo). Debemos beber, hidratarnos constantemente pero no en exceso por el riesgo de hiponatremia. De locos. Creo que la combinación de temperatura y baja humedad me va a ir bien, como en la última Behovia. Tengo muy clara mi estrategia y no me voy a desviar ni un ápice. Las 10 primeras millas muy conservador, siguiendo los sabios consejos de Bill Rodgers. Potencia en las Newton Hills y, espero, los mejores 10 últimos kilómetros de mi vida. Para ello he entrenado tanto, visualizando mentalmente tantas veces el recorrido, las emociones.
Ayer sábado, en la Expo, disfruté muchísimo. Gracias a algo tan sensacional como la camaradería que solo el running (y algunos otros deportes) nos da, compartí grandes momentos con una persona con quien coincidí conscientemente por vez primera el pasado diciembre. Posteriormente quedamos para una tirada larga y ayer para recoger el dorsal. Decía el ex-lehendakari Ibarretxe que compartiendo una mañana de entrenamiento en bici era la mejor forma de conocer bien a alguien. Lo afirmo y doy gracias a los Dioses por haberme cruzado con tanta y tan buena gente a lo largo de estos años, y de los que vendrán si el caos quiere.
En fin, a 24 horas justas de salir desde Hopkinton estoy descansado, hidratado, muy bien comido gracias al maravilloso Whole Food Market que tengo enfrente de casa, he dormido bien, las piernas están sueltas, la cabeza centrada y vamos a por ello.
¡Saludos!
PD: hice fotos más chulas pero soy incapaz de girarlas y ajustarlas... :(
4 comentaris:
Que tinguis molta sort Ferran, t'ho has currat i et mereixes un gran temps, ja ens ho explicaràs.
Gràcies Xavi! Gaudirem segur, amb més o menys patiment!
Ahora mismo estarás, espero, dormidito y descansando, algo que sabes que es fundamental para tener, o hacer todo lo posible para ello, el mejor de los días.
Go Ferran Go.
Un abrazo mediterráneo
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