I survived to Behòvia 2009

dimarts, 28 de gener del 2020

F.A.R. Faro de Alto Rendimiento.

Grupeta chula


La semana pasada el temporal Gloria arrasó nuestro campo base, el Far, un rompeolas de 4’5 kms con hitos exactos cada 250m en el que corremos miles de quilómetros a lo largo del año rodeados de Mediterráneo. Nuestra península artificial y punto de encuentro a primera hora los sábados y/o domingos. La parada del autobús de las 8h30.

La hermandad Kalenji le rendimos un merecido homenaje, mientras se restañan sus heridas, en el campeonato de Catalunya de 10k en ruta donde obtuvimos 6 medallas, 3 de oro (M40-45-50), 2 de plata (M40-M50) y una de bronce (M40).

Aquí ya me dije que hoy sí
 Lo resalto también para valorar el éxito en todos los sentidos de nuestro Kaptagat particular. Ya sea en pistas martes y jueves o los fines de semana en nuestro Faro de Alto Rendimiento el trabajo en equipo es lo que nos lleva a otro nivel de superación. Creemos firmemente en el Dios Eliud y su mantra: “el 100% de cada individuo no alcanza ni al 1% de todo el equipo”.


El eje Far-pistas-Paraíso/Lucena marca sin duda alguna nuestras temporadas, siempre míticas.

Duelo tarraconense


En el plano más particular, el fin de semana ha sido tremendo y atléticamente muy divertido a la par que enriquecedor. En un tapering inusual, el sábado quise correr un 3000 al aire libre porqué se celebran muy pocos y pensaba que tenía el récord de Catalunya M50 (9’33”) a mi alcance. La mañana del sábado, horas antes de correr, descubrí que el gran Sancho Ayala, Capo y grande de la Franja, lo había rebajado a 9’23” el pasado junio. Sin creerme capaz de ir tan rápido, con mi colega Sergei ejerciendo de liebre me gusté corriendo en 9’28”15 con unos parciales sorprendentes de 3’12”-3’7”-3’7”- que dispararon mis expectativas. Sabía que estaba fuerte y rápido y que había entrenado muy bien pero habiendo corrido el mil más rápido de la temporada en 3’22” no lo veía alcanzable. Y por eso no lo batí, porque no me lo creí. Los 5” de diferencia los perdí en los primeros 600 metros. Pero el balance es estratosféricamente favorable, aún así. Por lo pronto cambió mi estrategia de carrera para el día siguiente en los 10k de ruta máster en Vilafranca del Penedès. Y además sirvió para revisar protocolos de calentamiento, corregir posturas atléticas y encontrarnos la hermandad ATE (Atletisme Terres de l’Ebre). Un win-win en toda regla.

Elogio del quadríceps


Tras un sábado tarde de cine, relajación y descanso que ni José Manuel Parada y su pianista, el domingo nos fuimos a Vilafranca con objetivos renovados. En mi caso me decidí a correr más agresivamente e ir con un grupo que ronda los 33’ y medio.

Un "Eso es todo amigos" entre amigos

Activado, salí dispuesto a intentar no descolgarme. Tras conseguirlo y estabilizarme me animé incluso a tirar en ocasiones de una grupeta muy chula de media docena de atletas. La sensación era de ir rápido, muy rápido, pero nunca lo agonizante que suele ser habitual a estos ritmos. Pasamos el 5k en 16’48” (mi mejor marca desde el 2015) y tras seguir intercambiándonos el liderazgo del grupo, en el último km se estiró un poco pero entramos bastante juntos. En mi caso con una marca de 33’50” (2º parcial de 17’2”) que me da mucho oxígeno para el maratón de este próximo fin de semana y sobre todo con dos marcas, el 3.000 y el 10k, que me impulsan a seguir dándole tralla a los entrenamientos -con cabeza, mucha cabeza- para los próximos objetivos a corto (febrero/marzo) y a largo (julio).

¡Saludos!