I survived to Behòvia 2009

dijous, 28 de juliol del 2011

Game over. Final de temporada.

Camarles, 2k, comienza la agonía.
 Hace pocos años, llegado julio, el panorama atlético amateur se apagaba hasta mediados de septiembre con la excepción de algún pollo, quizás alguna milla. Fiestas mayores. Actualmente, en plena fase expansiva de la burbuja runner –de la que no sé vaticinar su final dados los beneficios obvios del correr, que se transmiten por mimetismo (si este se ha atrevido a correr, ¿por qué no yo?) y el boca a boca (que tendrá en parte que ver con mi siguiente post: born to run)- las carreras se suceden con solución de continuidad, poblando los días de julio y agosto –detectando un trending topic más que interesante en forma de carreras nocturnas- y es uno quien debe decidir cuándo detenerse y dar paso a las dos semanas de merecido descanso de nuestras patas.

Me ha costado mucho decidirme. Incluso pensaba en no parar pero finalmente ya estoy en el periodo de descanso. Disfrutándolo levemente. Ha sido una temporada intensa, intensísima, 10 meses de dorsales a través de múltiples distancias, desde los 5k a la maratón (2). Ya lo analizaré con calma, así como las susceptibles mejoras. 

Falta el epílogo de mi última carrera, los 10k del Balcón del Delta (del Ebro) en Camarles, 2ª prueba de las Running Series. En una tórrida tarde mediterránea, con 32 grados y 80% de humedad, se hizo muy duro correr a elevados ritmos. Como siempre, uno lleva una estrategia de carrera y en unos metros ésta se hace añicos. Si mi idea era la de sestear unos kilómetros para correr los 5/6 últimos, ahí se quedó, en el plano de las ideas porqué en el 1,5k ya había respondido a dos ataques que nos pusieron a firmes y solo quedaba gestionar correctamente la agonía. Cosa que acepté al ver que en el 4k me quedaba solo y decidí lanzar un ataque sub 3’20” que me dio una ventaja, que bien administrada me permitió despedirme de la temporada de un modo inmejorable: ganando. No sin antes sufrir muchísimo, que conste en acta. Los parciales de 17’20”-17’55” dan solo una idea. Las enormes ganas con que descubrí, finalmente, el arco de llegada me revelan lo mal que lo pasé. Que lo pasamos. Me quedé a saludar a los primeros clasificados y era un poema verles llegar, con alguna excepción rabiosamente juvenil.

Tras el atropello, Murphy estaba ahí.
Dolor.
En peores condiciones se celebró Badwater. Punta de lanza de los ultras extremos dónde cada vez hay más participantes (y finishers), y más famosillos: Jurek y este año nuestro súper ecléctico runner Michael Wardian, que fue 3º. Más info en la crónica de Sergio.


Retranca. La camiseta del verano.
En una Semana Santa sevillana fuimos a comprar un mechero y el quiosquero nos preguntó: ¿de qué color lo queréis perder? Me sigue pareciendo hoy una respuesta que muestra el ingenio de una sociedad, como la sevillana, fruto del cruce –aquí quedaría bien crisol pero es una palabra que me da me da rabia por su uso excesivo, como excelencia- de diversas culturas milenarias. Y algún gen sevillano tendrá quien ha creado el t-shirt candidato a camiseta del año (o del verano). La descubrí vía Vigaray. Os pongo en leves antecedentes por si no habéis visto el Tour. Acordarse del atropello indigno de Flecha y  Hoogerland. Caída, alambre de espino y la típica foto que vale, mediáticamente, más que otras mil imágenes. Y no me diréis que no tiene retranca la camiseta del verano propuesta…

Saludos!

dijous, 7 de juliol del 2011

A perfect race: 16’9”66.

Magníficas fotos de Santes Creus.

Esta va a ser una crónica menos interesante. Mucho más personal, casi en modo ego trip, pero es que uno de los diversos motivos por los que creé este blog (que va a cumplir un año esta semana y que me ha proporcionado muchas más satisfacciones de las inicialmente previstas; o sea, que ya lo sabes Ana, ponte a picar…) es el de servir de diario de a bordo, de bitácora atlética, que me gustará releer en el futuro.

Esta temporada que casi acaba ha sido la que más y mejor he entrenado de siempre. Había hecho mucha más calidad en mi último año de dedicación plena (estoy hablando de 1986) pero nunca tantos quilómetros (aun mejorables, por cierto). Y me está sorprendiendo mi cuerpo. Claramente recupero mucho mejor ahora, con 44, que cuando tenía 35. Y solo tiene una explicación lógica: el haber incorporado la reflexología podal dentro de mis hábitos saludables.  Como ya he explicado en posts anteriores tengo fe ciega en mi fisioterapeuta, que además es reflexólogo y osteópata. Entre sus múltiples méritos profesionales –de los personales no hablaré pero también los tiene en forma abundante- es el haber sido el fisio de las diferentes selecciones españolas de ciclismo en Atenas y Beijing. Preguntadle a Joan Llaneras por él.

Imágenes que me recuerdan los 5 molinos.
Toda esta reflexión viene al caso por lo bien que me encontré ayer en el último control en el mítico estadio Joan Serrahima de Barcelona. Habiendo corrido el pasado sábado al ritmo que lo hice, y en la hora en que lo hicimos (18h), pensaba que quizás lo pagaría para un esfuerzo del nivel de un control de 5.000 en pista. A cambio, lo bueno de haber corrido cada fin de semana desde el 13 de mayo, es que ya no tengo ningún atisbo de nervios en las carreras. Me limito, básicamente, a disfrutar del simple hecho de correr y ser feliz.
Siendo ya julio éramos 24 corredores en la salida. Mi entrenador Jaume Aragonès y Toni Flores se apuntaron para hacerme de liebres. Disparo de salida, me sitúo relativamente adelantado y pasamos los 400 en 1’15”. Me noto muy cómodo, más que en ningún otro de los 2 cinco miles que he corrido este año, prueba que mi cuerpo está asimilando los entrenos a estos ritmos. Se pone delante de mí Toni Flores, tapando además el molesto viento que se había levantado, y como un reloj pasamos el 1k en 3’10”. Seguimos igual, vuelta a vuelta, y creo que tengo un grupillo chulo detrás aunque solo me concentro en seguir a mi liebre. 6’27” (3’17”) por el 2k y así continuamos hasta el 3k, que pasamos en 9’42” (3’15”). Hasta ahora, a partir de este punto y a estos ritmos, me había limitado a sobrevivir. 

Qué batalla, Víctor!
Aquí me quedo sin liebres aunque toma el relevo un chaval muy joven del Canovelles que tira valientemente y al que sigo, aun cómodo. El 4k lo pasamos, aproximadamente en 12’59” (3’17”) y a falta de 1300 metros oigo un “ánimo Ferran!” que me resulta muy conocido; me giro y es mi amigo Dennis, protagonista de un cambio radical en su vida atlética. Un crack en todos los sentidos. Me da un subidón adicional junto a los ánimos de mis liebres y llegamos al mejor momento de cualquier carrera, la campana que anuncia la última vuelta. Cambio en el 300 y llegado a la recta final aun tiro con fuerza, concentrándome en levantar rodillas, ampliar zancada y disfrutar hasta la meta –último quilómetro en 3’10”!: 6º con 16’9”66. Qué manera de acabar la temporada!
Saludos!
PD: me queda un 10k en ruta dentro de dos sábados y prometo parar…














dimecres, 6 de juliol del 2011

Run to overcome.

La portada del libro.

Inauguro con este post la 1ª (pseudo) crítica literaria. Dada mi enfermedad, he acumulado una humilde biblioteca de temas relacionados con el mundo (así en general) del running (en Amazon redoblan las campanas cuando su cookie les avisa de mi entrada en su web) y ahora que voy a disponer de más tiempo, abandonadas mis veleidades políticas, podré dedicarme al sumo placer de la lectura.
Este libro nos presenta la biografía atlética y personal de unos de mis atletas favoritos (esto último no tiene mucho mérito), Mebraton Keflezigui. El atleta norte-americano de origen eritreo que ganó la plata en la maratón de Atenas 2004.
Me ha gustado su historia porque es una historia de trabajo duro, de renuncia de toda una familia, de sacrificios, de una ética de trabajo y de vida absolutamente recompensada (y no hablo de dinero) o, como diría Pep Guardiola, del valor de tener valores. Como en cualquier crítica no omito mi subjetividad y viviendo en un país de pícaros, de apellidos largos que cuentan más que cualquier otra característica profesional, de dejadez ante las propias responsabilidades; por vivir, en definitiva, en un país con una mayoría civil, y no digamos ya la política, carente no solo de toda ética sino de toda estética me aferro a aquellas culturas y países donde aun es posible (de forma muy frecuente) una historia como la de Meb. 

Sus dos naciones.
A los 10 años Meb ya había vivido demasiado. Nacido en Eritrea en plena guerra de los 30 años con Etiopía, su padre debió exiliarse en Sudán al ser un perseguido político. De allí a base de trabajar muy duro consiguió saltar a Italia y 5 años después reunir a toda la familia: Meb, su madre y sus 6 hermanos. Vía la atención a los refugiados de ACNUR y Cruz Roja consiguieron llegar a San Diego (USA) en 1987.
A partir de ahí solo cabía una posibilidad: trabajar duro y dar lo mejor de uno mismo. Y su trabajo, y el de sus hermanos (nacieron 3 más en san Diego) era el de estudiar. De hecho, sus padres no les dejaban trabajar (gran tradición USA) durante el curso.
Al poco tiempo destacó en una competición escolar y siempre acompañado de grandes consejeros y entrenadores consiguió alcanzar el punto donde hoy se encuentra. Uno de sus primeros entrenadores, Ron Tabb (1r marido de Mary Decker y sub 2h10’) le pronosticó a principios de los 90 su debut en los JJOO del 2000 y una medalla en maratón en el 2004 o en el 2008!. Lo clavó. Pasó por la universidad (UCLA, ahí es nada) y fue uno del 10% de atletas becados en la universidad que consiguió ser profesional.
En Sidney fue 12º en 10.000 y en el 2002 debutó en maratón en NY. Tras pasarlo realmente mal, fue 9º con 2h12’35”. “Never more”, dijo, como tantos otros hemos dicho, al acabarla. Aprovechó el descanso post-maratón para visitar su país natal. La dureza de la vida cuotidiana allá le sirvió para relativizar.
Se clasificó para el maratón de los JJOO de Atenas, es decir, el maratón en mayúsculas, y fue subcampeón olímpico. Eso sí, con un pequeño punto de arrepentimiento por no haber respondido al ataque de Baldini…
Justamente en los trials para Beijing fue cuando comenzó su etapa más oscura. Recordar que fueron en NY, el día antes del maratón del 2007 (ganados por Ryan Hall con 2h9’: 1h7’ + 1h2’). La semana anterior había tenido una infección que curó a base de anti-inflamatorios. Corrió tocado y se lesionó gravemente debido al cambio de postura habitual y no haberse retirado a tiempo. Era una fractura por estrés en la cadera que le llevó a, prácticamente, la inmovilidad. Además ese día murió repentinamente en la carrera su íntimo amigo Ryan Shy.
Sufriendo en silencio.
Meses y meses de rehabilitación high-tech donde se aplicaba en jornadas de más de doce horas diarias le llevaron, finalmente, a recobrar la salud. A partir de ahí vuelta al régimen espartano de Mammoth Lakes basado en 12 sesiones semanales de carrera, 6 de gimnasio, 3 de fisioterapia más lo baños post-entreno en los fríos riachuelos de las montañas californianas. En 2009 recibió otro premio a tanta dedicación al ganar el maratón de NY. Su segunda cita con la historia.
A sus 36 años sigue en la brecha y tiene ante sí un doble objetivo: correr el maratón de NY en noviembre –Vicenç, estaréis allí: es vuestro turno- y 69 días después, en enero, correr los trials para Londres. Si la salud le acompaña, lo conseguirá. Os dejo con una frase del Presidente de la Corte de Indiana (y amigo suyo) que es un buen resumen del carácter de Meb: integridad total, legítima ambición, atención al detalle en la planificación, capacidad de sacrificio, tenacidad y trabajo duro, persistencia y perseverancia. Tal como los valores de sus padres le inspiraron, los suyos nos inspiraran a nosotros.

Saludos!

diumenge, 3 de juliol del 2011

Luces de navidad.

Kilian, show must go on.

Esta época del año es impagable. Derroche de luz natural, brisa mediterránea, ensaladas de todo tipo, pantalones cortos y Le Tour. Cuando el único sufrimiento es la lucha contra la somnolencia en una etapa llana. Días de ciclismo, de atletismo, triatlón, montaña…incluso San Fermín. Por eso julio siempre me deja esa sensación de voracidad cronológica que no es más que la vida misma. Imposible detener la sucesión de instantes. Mezcla extraña entre el gozo presente y su fugaz existencia. De ahí el terror al pensar en una aparición más o menos mediata de las terroríficas luces de navidad, aquellas que nos anuncian la obligación de ser felices por real decreto.
Vivamos pues, el presente. 
Los highlights de la semana han sido, a mí entender:

Western States. La mítica ultraprueba de 100 millas en la Sierra Nevada de California. Ganó Kilian (del 87!) up in the air Jornet. Quien le tenga agregado en el facebook le habrá seguido estas últimas semanas por Australia, Grecia (Monte Olimpo), California y siempre con parada y fonda en los Pirineos o en los Alpes. Una semana después de las 100 millas, y espero que volara en Business, la Kilian Classic en Font Romeu. Id al post de Sergio Fernández para ampliar información.

IM de Niza. Marcel Zamora no pudo con su 6ª victoria consecutiva pero sí con su séptimo podio a pesar de haber pasado malos momentos en forma de lesión, averías en carrera, estrategias a la contra…congrats porque es mucho más difícil mantenerse que llegar.

Hannibal Lecter? Norr, Rupp protegiéndose de la alergia.
A.A.Boston 10k: mientras los atletas norteamericanos competían en sus nacionales, trials para Daegu, en Boston se comenzaban a escribir los primeros apuntes del otoño que promete. Geoffrey Mutai volvía al escenario de su mayor éxito (2h3’2”, no hace falta decir nada más) ganando la 1ª edición de los 10k de Boston con la 2ª mejor marca del año: 27’19” corriendo en solitario. Gebremarian fue 2º a casi un minuto y Mosop 3º. Confío en la amplia chequera de Chicago.



Águilas, junto a la leyenda.

Personalmente, tras la decisión de alargar dos semanas más la temporada -qué difícil es bajar el pistón cuando se está en forma!- he seguido administrando sesiones de gran calidad intercaladas por rodajes de regeneración. Antes de Águilas realicé un 2x 1k recuperando 2’ en 3’10” y 3’5”. Esta semana, en un día bochornoso por encima de los 30 grados (15h), me machaqué con 1k (3’13”), 2k (6’39”), 1k (3’15”), en uno de aquellos días en que lo importante es acabar el entreno, dada la imposibilidad de obtener el máximo rendimiento posible. En ambas semanas realicé entre 50 y 60k.
Y ayer tuve el privilegio de correr con mi equipo y con los compañeros de los otros equipos un maratón por relevos, Ekiden. Difícilmente se puede acabar mejor una temporada atlética. En el marco incomparable –tenía que escribirlo- del Monasterio Cisterciense de Santes Creus, uno de los puntos clave de la más que recomendable Ruta del Císter.
En formato de seis relevistas (7’7k+4’5+10’5+4,5+10,5+4,5) mi equipo de Runnersworld Tarragona consiguió la victoria con poco más de 2h30’ en un circuito de 1500 metros algo más que infernal. Corrí el 1r relevo y puedo afirmar que fue la carrera más agonísticamente corrida de la temporada. El mano a mano junto al miura del CA Tarragona, Víctor González, hizo que ambos fuéramos más allá de nuestros límites e incluso asustáramos con nuestros caretos, en meta, a más de un corredor de nivel. Espero los resultados oficiales para comprobar las sensaciones…pero entregamos el testigo al mismo tiempo!. Tal fue el esfuerzo que hoy he decido descansar…y ya me cuesta tomar esta decisión pero era necesario. El próximo miércoles un 5000 en pista en BCN y me quedará un 10k en ruta para dar por acabada, ahora sí, la temporada.
Saludos!