I survived to Behòvia 2009

dilluns, 25 de febrer del 2013

Indoor.

Tantos palacios de congresos y tantas ostias. ¡Al fin!


Como Canovista renacido me aferro a su máxima “con lo que cuesta coger la forma para disputar un maratón, procuramos no perderla”; así pues, un mes y cuatro días después del MCD volví a alfilertearme un dorsal tras una progresión en los entrenamientos que me llevó a descansar dos días más rodajes-juego-hago lo que me place en la primera semana (31k), una segunda semana de solo rodajes (70k), otra tercera (74k) de cuestas añadidas a modo de calidad y ya las siguientes (93k y 90k) en modo normal pero aún sin forzar ritmos en las series que mis grandes objetivos para esta segunda parte de la temporada están comprendidos entre la segunda quincena de junio y la primera de julio; los campeonatos de España de veteranos de media en Albacete y de 5000 en Vitoria.
Los alfileres (valen como sinónimos de imperdibles) fueron para un nuevo descubrimiento vital a dos semanas de cumplir los 46: la pista cubierta mediante los campeonatos de Catalunya de veteranos. Había disputado de cadete y juvenil controles para hacer la mínima para los campeonatos de España pero siempre al aire libre, tal cual, dada la ausencia de pistas en Catalunya. En el recuerdo, perenne, cuando con 16 años me quedé a dos décimas de la mínima para los de España, 5’50”2 en 2000 metros.
Tras unas series en las que me sorprendí viéndome rápido me animé a inscribirme. Y ayer domingo, rompiendo la pereza, me fui a Sabadell a disputarlos. Los campeonatos oficiales de veteranos, sean de España o de Catalunya, son dignos de verse. Cada vez que oigo que llaman al pódium a alguien de la categoría 75-79 o 80-84 me emociona. Y el trato a los atletas es de élite. Muy profesional. Os animo a probarlo, aunque haya que federarse.



El Rey de los Pollos


Como el ambiente estaba frío y yo ensimismado, decidí calentar una hora. En el sótano de la pista rodando suavemente, estirando, realizando progresivos en las 4 calles de tartán cuando nos informan que habrá 4 series de 3000 (entre todas las categorías) y siendo la mía la 3ª, debía gestionar 25’ de calentamiento. Pasaron más rápido de lo previsto y ahí estábamos todos en la cámara de llamadas (en unos JJOO, antes de la final, ¡deben de ser la ostia!), los de mi grupo de edad, los presbicios, es decir 45-49 y los de 60-64 donde se hallaba Fernando Díaz, ganador de un maratón de Madrid y mito viviente de mi adolescencia cuando era el Rey de los pollos (not Breaking Bad). Un honor.



Mis primeros pasos sobre la pista me sorprenden. Tiene suspensión y el peralte está también en la calle uno. Se pisa raro por vez primera. 





Mapoma, 1985. El año de la gran gesta.
Disparo de salida y salgo en cabeza, en plan Pre. Van pasando velozmente las vueltas de 200m –cómo serán las pistas de 160 metros de cuerda- y al rato voy solo y comienzo a doblar atletas. Ni idea del ritmo. Sin querer imagino que me relajo y en la vuelta 13…¡me atrapa otro atleta! Me pego a su espalda y pienso que no he luchado tanto como para arrojar la toalla tan fácil cuando en la contra recta, a falta de 130 metros, pego un hachazo histórico (de mi propia historia) y al entrar en la recta final me abro a la calle dos aprovechando a un doblado y entro en primera posición. 6 décimas por delante del segundo quien me felicita sincera y efusivamente por mi cambio de ritmo. Me encanta la deportividad. Y el tiempo, 9’39”, me gusta. Me veo fácil ya mismo con 10” menos así que seguiré luchando para bajar de 16’ en los 5.000 veraniegos pero antes queda mucha tela que cortar. De momento, la semana próxima, la magnífica media de Cambrils donde espero seguir con la racha de mis últimas 4 medias en 1h14’, el 10/3 el de España de cross en Granollers y el 24/3 en el hipódromo de Lasarte, el europeo que promete y mucho. Seguiremos con nuestras pisadas a la historia. Y en mayo una aventura ilusionante, seré el relevo en la media maratón de todo un pódium del Tour, Joseba Beloki en el Half Extreman de Salou.

¡Saludos!