Y los sueños, sueños son. Y aunque la palabra me guste la
abandono en los brazos de los apóstoles de la autoayuda, quienes la han prostituido
en su afán por volverse millonarios y famosos. La cambio por ideas porqué
de momento aún no ha salido el charlatán –Santandreu, saludos-
que diga que si cierras los ojos el universo (¡entero!) conspirará para que se cumpla tu
idea. Manda huevos.
Mi idea era visitar Etiopía. Vaga durante mucho tiempo
pero que dos años atrás comencé a materializar. Y lo más sorprendente es que
escribo estas líneas desde el hotel que tiene Haile en Hawassa. Inicialmente pensaba correr el maratón de Boston 2017 e
intentar hacer un podio de mi grupo de edad, con los 50 recién estrenados.
Para ello viajaría al Yaya Village donde entrenaría en altitud durante dos meses. La idea fue madurando y las circunstancias puliéndola –el extraño placer de Comrades, la experiencia contada en primera persona de Marc Roig en Etiopía- y finalmente decidí conocer parte de este país al tiempo que entrenaba con atletas locales y en altitud para después volar a Durban y enfrentarme a los 85k en versión Up.
No sé si fisiológicamente me beneficiaré dela altitud pero si de
la focalización, de la atmósfera limpia y de la experiencia.
¡Saludos!
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