I survived to Behòvia 2009

dilluns, 27 d’agost del 2012

Bill Rodgers Running Center

110 años entre los 2, ¿quién dijo que correr es de cobardes?
William Henry Rodgers, mucho más conocido como Bill Rodgers, es uno de los grandes mitos del atletismo estadounidense. Tomó el testigo de Steve Prefontaine (me cuentan desde Beaverton que Nike va a apostar este otoño per revitalizar aun más su figura; digo yo que a los que lo homenajeamos podrían darnos algo :) y de Frank Shorter (vencedor del maratón olímpico preferido de los gafapastas: Munich 1972) e impulsó en la 2ª mitad de los setenta el primer running boom conocido, el norteamericano.
No es mito quien quiere sino quien puede. Y para ello, hace falta, además de haber cosechado grandes resultados atléticos, tener carisma. Algo inmaterial que le entre a la gente y que logra que el mundo empatice con él. Describamos, pues, en primer lugar su impresionante currículum atlético.

En ocasiones veo (varios) contratos con la industria
Los fanes disfrutemos mucho en la tienda-museo












1975, maratón de Boston, un desconocido chaval rubio se escapa del pelotón antes de la media (por allí le vio pasar Alberto Salazar, aquí lo cuento) y a pesar de que se detiene para atarse las zapatillas vence con récord USA: 2h9’55”. Allí nació el mito, aunque dos semanas antes ya hubo una prueba de su brillante estado de forma. Quedó tercero en el mundial de cross (por entonces Cross de las Naciones) inmediatamente detrás de…Mariano Haro!! y por delante del kiwi Sir John Walker (campeón de los 1500 en Montreal’76 y primer hombre en bajar de 3’50”). Durante la 2ª mitad de los setenta, mientras en Studio 54 corría la fiesta y la heroína, Bill infligió un dominio hegemónico en el asfalto mundial. Fue número uno del ranquin mundial de maratón los años 75, 77 y 79. Ganó 4 veces en Boston (75, 78-80) y en NY (76-79), además de conseguir una victoria en los maratones de Fukuoka, Houston, Amsterdam y Melbourne. 

Rosa Mota, Parabens!
No tuvo suerte en los JJOO pues acudió lesionado a Montreal donde solo pudo ser el 40º y en Moscú, habiéndose clasificado, no compitió por el boicot político de Ronald Reagan y sus secuaces ideológicos, responsables de parte del desaguisado que hoy nos mortifica a todos. Tranquilos que no seguiré por ahí sino que continuo con Bill que es mucho más agradable. En 1978 ganó 27 de las 30 carreras en que participó, los maratones de Boston y de NY incluidos.



No corren, vuelan!
 
Y a lo largo de su carrera contabiliza, de 59 maratones finalizados, 28 marcas sub 2h15’ y 22 victorias. Lo dicho, un gran atleta. Y mejor persona, como pude comprobar personalmente en la feria del corredor del maratón de Boston de este año. Tras haberme fotografiado junto a las mechas del ultrafondista y ultra hacha del márquetin Dean Karnazes, vi una cola que se comenzaba a gestar y allí que me coloqué justo viendo después que Bill iba a firmar autógrafos. Llegué a él enseguida, la cola rápidamente mudó a quilométrica, y al decirle que era from Spain me explicó sus batallas junto a Mariano Haro y me comentó que quizás ya estaría habituado a entrenar con 20 grados, lo cual me iría bien para el lunes del maratón a lo que asentí. 3’  y un par de fotos bastaron para mostrarme que es alguien especial. 

Fred Lebow, Grete Waitz y Bill: masters del Universo!

Como diría Yolanda, Bill sabe estar. Y es que aunque nunca haya ejercido su profesión, licenciado en Sociología y máster en educación Especial, porque su pasado es muy rentable es un tipo listo y sensible. De su background estudiantil hay un detalle muy relevante. Era el compañero de habitación de Amby Burfoot (futuro jefazo de la revista RW) cuando éste ganó en Boston en 1968. 



Último vencedor norteamericano (1983): Greg Rubalcaba Meyer

The Boston Globe del día después (1975)
 
Tan listo es, que en los breves 3’ que compartimos me explicó que tenía una tienda de running en Boston, que yo ya conocía. Si algún día estáis por Boston no os la perdáis. La lleva su hermano, que es más hippy que él, con largas y blancas barbas y cola de caballo y es un auténtico museo bizarro sobre la historia del maratón de Boston y del propio Bill Rodgers. Las fotos que allí tomé, de calidad espero que perdonable, acompañan este post.
Sin compresores, ni manguitos ni óstias...a pelo!

Un pollo muy interesante!!
 
¡Saludos!

PD: os dejo con esta guinda que he encontrado por la red; el diario de los entrenamientos de Bill de aquellos años.
Duel in the sun

Cuando Asics era Tiger (en la era del cassette)

Bill forever young

Sin comentarios

En portada en...1909!

Cazatesoros!

Jhonny Kelley: 61 Bostons acabadas