I survived to Behòvia 2009

dissabte, 16 de maig del 2015

Granada



Mi flor preferida de siempre es la magnolia. Blanca, luminosa y perfumadora hasta rozar el Stendhalazo. Junto a la planta de la albahaca y la flor del calabacín (rebozada y con pizca de sal) sacan al vegano que llevo muy adentro de mí. Quizás debiera votarse hoy mismo y por la vía de urgencia, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, su inclusión en el patrimonio vegetal de la humanidad. Un poner.
2015. La primera magnolia de la temporada me la encuentro paseando por Granada, en la plaza del Ayuntamiento. Si fuera noble y feudal (que no, aunque sí sea un samurái del asfalto) en mi escudo de armas habría magnolias. Me han acompañado desde el principio de mis tiempos y son pequeños tesoros efímeros que eclosionan cuando la primavera tiende irremediable y gozosamente hacia el verano. Quizás por ello haya poca relación entre las magnolias y las medias, pertenecen a tempos distintos aunque a veces, como hoy, coincidan. En el Boston primaveral y maratoniano florecen las magnolias rosas, que también son bellas aunque carezcan del perfume embriagador de sus primas blancas.  
Magnolia del huerto de mi abuela



Unas horas antes de toparme con la primera, he hecho, sin duda alguna, la peor media de la temporada. Era la 8ª y justo 8 días después de la mejor. Pero mi cabeza está tranquila, no hay interrogantes, ni tristeza, ni rabia. Simplemente deberé prestar más atención al calendario cuando planifique mi temporada. Muscularmente no estaba recuperado y los 30 grados en un circuito rompepiernas y callejero no han sumado. 
La importancia de lo isotónico
Una cerveza que sabe a gloria en la plaza del Campo Verde, dónde si no, aporta su cuota en la ineludible reconstrucción muscular. Entre sorbo y sorbo doy mentalmente la bienvenida a la pista y a las carreras populares de distancias cortas de los próximos 2 meses y medio de temporada que tengo por delante. La media ha muerto. ¡Viva el 5.000!
Explicar mi carrera es contar una lenta decadencia auxiliada por los muchos quilómetros acumulados durante la temporada, los cuales me han dejado un punto forrestgumpiano y tractoril, que quieras que no, salvó mi dignidad.


Uno se da cuenta rápido, en los primeros minutos de un calentamiento, de si tiene piernas o no. Y hoy, llegada la primera curva confirmo las sensaciones. Respiro bien pero no voy. Tras los primeros compases explosivos, miro y veo a las chicas favoritas agrupadas (y a varios de los de mi categoría que se van yendo) así que tiro de manual. Me quedo con ellas y si las aguanto tengo garantizada una hora catorce/quince que me llevará hacia adelante y quizás al pódium. La teoría bien, la práctica…se acaba en el 14, cuando se desatan las hostilidades entre ellas. Se van y soy incapaz de seguirlas. Me quedó y voy paseando los quilómetros por el centro de Granada en dirección a meta. Por suerte, la organización ha puesto múltiples y generosos avituallamientos con lo que puedo ir bebiendo y remojándome, refugiándome del caloret del casi verano. Arribo con muchas ganas de llegar y me sorprende el reloj (1h18’14”). No creía que hubiera ido tan lento. Al contrario que aquel yo sí he conocido mis límites.

Cuando despertó la salida, el menda aún estaba ahí
En cualquier caso no olvido que cada carrera es una celebración y no siempre sale todo bien así que me despido contento y satisfecho.

Seguiremos en la senda de los picadores de piedra.

¡Saludos!


dissabte, 9 de maig del 2015

Mitja de l’Ametlla de Mar.

Salida a ras.


Y las estrategias de entrenamiento funcionaron saliendo una carrera brutal. Recopilemos.

Cada carrera, una celebración


Tras el test del martes en el Llorito (2 x 2 cuestas de 2k) la confianza estaba ahí. Salieron los tiempos que indican la forma y ya no quedaba otro objetivo hasta el sábado que llegar fresco y descansado a la salida. Atender a los detalles. Pocos kilómetros y suaves. Hidratación. Masaje. Siesta de fondista profesional el viernes (¡3h!).

Remando al viento


Por suerte la pereza no nos venció y el mismo sábado recorrimos parte del circuito en coche dándome cuenta de lo exigente que era. Iba a ser la media más dura de la temporada con diferencia. Un primer bucle sin descansos, sin falsos llanos. Subías, bajabas, vuelta a subir, vuelta a bajar. Dos veces más, 180 grados y hacia la meta. Y otro bucle con menos pero más profundos desniveles. Y ambos bucles, dos veces. Hay medias para intentar marca y medias para disfrutarlas. Esta era de disfrute. Desde nuestro punto de vista, claro. Disfrute con el sufrimiento, con la gestión de la fatiga. Nuestras cosas que ahora cada vez más gente entiende y comparte. Para mí estas carreras son también un ejercicio intelectual.

En modo 1,5 mts, gestionando el dolor


Aunque salimos rápidos para el desnivel existente e iba con el gancho puesto, ya en los primeros kms me di cuenta de que subía muy bien. Tenía fuerza. Lloritos y gimnasio daban sus frutos. Estaba cerca de la cabeza, la tenía a la vista y poco a poco adelantaba a los participantes de los 10k. El comandante en jefe se había ido un centenar de metros pero podía mantenerle la distancia. De hecho, al quedarme solo pude regular y gestionar el esfuerzo de forma mucho más cómoda, marcando mi propio ritmo. El desnivel daba miedo. No iba a perdonarnos ningún error.

¡Me encanta nuestra camiseta!All Blacks


Como casi siempre no iba a mirar el reloj. Y aquí menos sentido hubiera tenido. Cualquier parcial me hubiera descentrado. Uno rápido me habría llevado a dudar, uno lento también, por lo contrario. Y hubo de ambos, así que se imponía el modo 1,5 metros. Fijar la mirada a esa distancia y correr por sensaciones. Al final de la 1ª vuelta estaba muy cerca de la cabeza y a los 13/14k ya iba en primera posición. Sin acabar de creérmelo y con la tensión propia del momento mantuve el ritmo, sorteé a los quejosos gemelos tras tanto tute y al grito de “va a ganar el abuelo” encaré la bajada final disfrutando y en la recta de meta señalé al cielo (beloved Jaume) entrando en modo triatleta, levantando la cinta de llegada. ¡Cómo cambian las sensaciones de ser 1º a ser 2º! Tras una victoria en el 2002, trece años después conseguí la segunda en una media.

Señalando al cielo


Y sin ser el mejor volví a ganar las Half Marathon Series. La regularidad y un piramidal ajeno contribuyeron a prolongar una anomalía biológica.

¡Campeonando!


Entramos en la semana en modo recuperación encarando Granada, la última media de la temporada. Lucharé por cerrarla con nota.

¡Saludos!

PD: agradecer a Marcos Cabrera del I run with Leiva y a Anna Llort por sus fotos

Podio de las HMS, con los barandas