I survived to Behòvia 2009

dissabte, 28 de març del 2015

Oregon en La Garrotxa.

Olot, en un día soleado


Uno, que es mitómano, siempre ha querido viajar a Oregon y entregarse a una marca global como NIKE, una corporación que ha sabido trascender y convertirse en una marca emocional (pagas mucho más de lo que vale y estás aún más contento, si cabe). Es el paraíso en la tierra. Trabajar y entrenar allí puede ser algo maravilloso dentro de las nuevas tendencias en las relaciones laborales de crear ambientes para retener al capital humano. La pista, inmersa en un bosque, invita a hacer series hasta que el ácido láctico nos salga por los ojos.

Oregon y al fondo, Rupp haciendo miles


En Olot, ciudad con un entorno brutal, volcánico y de otoño colorido, hay una pista que no desmerece a la anterior y ya acumulaba muchas ganas de probarla. Así que al ver que se iba a celebrar el campeonato de Catalunya de 10.000 en pista no lo dudé, iría sí o sí. Aunque solo hubieran pasado seis días del maratón de Barcelona.
Con un fuerte temporal de levante, la lluvia me quiso acompañar durante todo el trayecto y también recibirme, era más que nunca Oregón en La Garrotxa. Calenté envuelto en The North Face, única prenda realmente impermeable bajo el diluvio universal (no me patrocinan, obvio, dada mi aversión a la montaña y dado mi nivel, en general) y a las 19h05’ de un sábado que ya entraba en la noche me dispuse a correr un 10.000 en pista. En la pista de Olot. La lluvia y el frío se sumaron a la épica del día y yo poco más añadí. Me limité a disfrutar de las sensaciones sin mucho ánimo de lucha y llevarme un bronce ilusionante.


¡Vuelven los tempos con nuevo asfalto!
Esta semana ya otra vez con el mono azul luchamos contra el viento, volvimos al Llorito (series de 1k en subida), amamos los 500 y adoramos al tempo con 12k (6k a 3’50” y 6k a 3’30”).

Ya mismo, pechoblogging
Volveremos a los imperdibles a finales de abril. Mientras, seremos muy picapedreros.

¡Saludos!

dissabte, 21 de març del 2015

Otras historias de la maratón

Periko, poniéndoles firmes

En el post anterior conté mi historia en la maratón de BCN del 2015 pero ha habido muchas más, tantas como atletas. Tantas, incluso, como acompañantes en el camino que cada uno ha seguido. 100.000 historias. Y las que conozco os las quiero contar.
Pedro, atleta humilde y Comandante en jefe. Campeón de Catalunya de maratón seis semanas atrás, trabajo a turnos y familia numerosa. Más o menos recuperado de sus 2h31 en TGN, con llaga mediante y en circuito sinuoso y atractivo, decide que no tiene nada que perder y apuesta por pasar la media a ritmos prohibidos. Con sufrimiento y generosidad tira de un grupo de artistas y graba una muesca más en la historia anónima del maratón: 2h30’04”. Romperá la barrera mítica. Sí o sí.


Izq a dcha: Jaume, Juanan, María, Jorge y Enric


María, medallista olímpica en marcha. En un país decente y normal calles y  polideportivos llevarían su nombre, quizás algún instituto. En cualquier caso se aprovecharía la sociedad de su experiencia y conocimiento, pero lamentablemente no es así. Por suerte para todos nosotros, abraza el movimiento runner. Y la guinda: ficha por nuestro club y puedo conocer de cerca todo el proceso de su preparación para la maratón. A medida que las cargas aumentan su cuerpo comienza a quejarse pero la rendición no está en su diccionario y lucha por estar en la línea de salida. Junto a ella, una guardia pretoriana de lujo. Enric, primera maratón. Tantas bromas tantas veces sobre su debut y ahí está, en modo maratoniano realizando una prueba de lujo. Negative split y 2h59’: le queda pendiente profundizar en el dolor maratoniano. Jorge, megacurrante y atleta de talento. Cada día salva vidas durante muchísimas horas lo que le deja poca posibilidad de volumen. Se supera a sí mismo, que es mucho superarse y llega en 3h2’. Juanan, tras tres días de pie y con mucho cansancio ejerce de maestro de ceremonias del grupo marcando el ritmo. Se queda junto a María cuando su musculatura dice basta. Jaume, nuestro golden boy de tintes californianos tras meses durmiendo poco por una feliz causa (que ahora tiene 2 meses) cumple con su misión. Debería cobrar de las organizaciones por correr y animar al mismo tiempo, siempre suma.

Mireia, gladiadora


En el grupo anterior, también Mireia, nuestra Paula Radcliffe. Decide tras un otoño muy duro de lesiones y enfermedades que no le impiden ganar la MCD (no hace falta decir nada más) correr también en BCN. Problemas varios en carrera, 3 paradas y 3h4’. Se debe a sí misma más maratones con menos sufrimiento, que ya vendrán. Y yo estaré ahí. Viéndola, animándola y compartiendo entrenos.

David, joven promesa


David, comienza 2015 sin saber que sería maratoniano antes de que acabara el mes. Debe lidiar con su talento para minimizar las lesiones hasta que su cuerpo se asiente. En enero, yendo de liebre de un griposo, acabó sin querer en 2h44’. Responsable de mi presencia en BCN es el autor de un Roncero y a pesar de ello acaba con 2h38’. Periko espabila que viene fuerte el jovencillo este.

Il Dottore, 2h47, 55a
Club hermano de auténticos picadores de piedra. Se reponen a la puta vida y homenajean a Xavi con una gran maratón. Compartimos días de series, muchos sábados y domingos que espero seguir disfrutando. Los Francolins se superaron batiendo sus ya exclusivas marcas. Con un Dottore Ramón ganando su categoría M55 con 2h47’ (nos marca el camino), un Marcel en modo muy picapedrero con 2h51’ y otro Dr, el Dr Rodríguez, cascándose otro Roncero y 2h52’. Éxito francoliniano.



Ausente por multiplicidad de lesiones, Peio, se debe una maratón desde que la Real se clasificó para la Champions. Y lo sabes. Txuri Urdin de pro como otros gigantes de la talla de Ibón Zugasti o Ander Izaguirre, por citar.
 




Marcel i Àlex


Robert, liebre anual de 3h15. Estará mejor de forma, o no pero ahí lo encontraréis, animándoos y cumpliendo como un reloj.
Robert en modo liebre 3h15
Jordi, el hombre insular, del mismo paraíso, que minimizaba los volúmenes. Privilegiado por correr 42k junto a su padre. El sueño de muchos.

Runners talaiòtics


Antoni, de adolescente vio a Abebe Bikila ganar en Roma y nació el maratoniano que lleva dentro. Otra más junto a su mujer. Y al día siguiente 22kms andando.

Es una pequeña muestra, muchas no serán explicadas pero todas han existido y permanecerán en los corazones, sobredimensionados por tantos quilómetros, de tantos héroes, anónimos o no.

¡Saludos!